Tras el anuncio del juicio al sacerdote Agustín Rosa Torino por abuso sexual, en el marco de su labor en el Instituto Religioso Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, la Justicia dio a conocer algunos detalles sobre su pericia psicológica.
Uno de los profesionales a cargo de la pericia señaló que "la elección de la carrera sacerdotal esconde en sí misma el secreto de sus más profundas heridas, sus renuncias y sus frustraciones. (…) Presenta una estructura de personalidad compleja."
En ese sentido, favoreció a la formación de las dos partes fundamentales que conviven en él: la adaptación efectiva en distintos aspectos de su vida, y la otra vinculada a la invasión de la subjetividad ajena. "Personalidad seductora y doble discurso", dice el documento.
Según el informe, Rosa Torino se identifica con la doctrina que predica y desde allí busca ser admirado y reconocido, siendo una forma de vinculación al mundo donde él se encuentra por encima del otro. A su vez, el acusado establece vínculos desde lo intelectual, pero en lo afectivo no siente empatía, facilitando su ejercicio de poder sobre el otro en situación de vulnerabilidad.
"Tanto en su lenguaje verbal como en sus proyecciones técnicas, se observa el despliegue de un doble discurso que da cuenta de la existencia y coexistencia de aspectos desintegrados de su personalidad," concluye.
Esta pericia sumada a una gran cantidad de testimonios de dicha orden religiosa, evidencian para la Fiscal la verdadera personalidad del acusado, a partir de la cual se colocó en posición de invadir y abusar de la sexualidad de las víctimas.