Ayer la jueza María Victoria Montoya Quiroga dispuso que "no fue culpa de nadie", y absolvió a la médica Vilma Alejandra Abán por la muerte de un niño que padecía una meningitis no tratada.
La profesional estaba acusada de homicidio culposo, y el motivo de la sentencia fue por "el beneficio a la duda". La familia del niño se mostró dolida e indignada por el veredicto de la jueza.
La denuncia fue realizada por la madre del niño, contando que llevaron a su hijo con un cuadro febril y dieron aviso que en la familia hubo dos casos de meningitis; pero los médicos insistieron que se trataba de un cuadro gripal, lo medicaron incorrectamente y le dieron el alta del Centro de Salud del barrio Pinares.
Según la denuncia de la madre, el cuadro de su hijo empeoró visiblemente con el correr de las horas, y lo llevaron al hospital Papa Francisco, donde no los atendieron por que había una emergencia. Al verse en dicha situación, la familia trasladó nuevamente al menor a la Salita, donde debieron esperar dos horas para ser atendidos, aún cuando las enfermeras advirtieron que el niño estaba peor.
Cuando los médicos tomaron conciencia que podía efectivamente tratarse de meningitis fue derivado de urgencia al hospital Materno Infantil, donde el niño murió horas más tarde.
