El sábado por la noche una brutal ejecución, con tintes de cartel narco, sacudió a la localidad fronteriza de Salvador Mazza, cuando Rubén Vedia, un remisero de 42 años y su hijo de 14 fueron baleados mientras se trasladaban en automóvil, cerca de las vías del tren en el barrio Evita de esa ciudad, a menos de 100 metros de una comisaría de la Policía Federal.
Los sicarios aprovecharon que el automóvil redujo la velocidad cerca de las vías del tren, para acercarse a bordo de una motocicleta y vaciarles a los acompañantes un cargador entero de una pistola 9 mm, y luego huyeron del lugar a toda velocidad, dando a sus víctimas por muertas. Y se presume que huyeron hacia Bolivia por uno de los tantos pasos ilegales.
Como consecuencia del ataque Rubén Vedia falleció en el acto, mientras que su hijo resultó gravemente herido por una bala que ingresó de costado y le atravesó un pulmón, por lo que tuvo que ser trasladado de urgencia hacia el hospital Juan Domingo Perón de Tartagal.
La causa se encuentra a cargo del fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal, Pablo Cabot.