En Salta, los sectores más vulnerables se vieron extremadamente afectados por la pandemia por coronavirus, la cual profundizó sus carencias. Por esta razón, surgieron más merenderos y comedores, así como también muchos corazones solidarios para colaborar con las familias más afectadas.
Especialmente, en Cerrillos el docente Javier Kairuz de 54 años decidió brindar su granito de arena, aprovechando con algo que conoce desde pequeño: la construcción de hornos de barro. Como cuenta en diálogo con El Tribuno, su familia es de Metán Viejo, y en su infancia aprendió gracias a su padre a realizar esta obra. "De grande, cuando los tiempos estaban difíciles, este oficio me ayudó mucho económicamente. Hice algunos hornos importantes como el de la iglesia San Francisco, de la ciudad de Salta", explicó.
Al contraer matrimonio con una cerrillana, Kairuz fue testigo de la realidad que se vive en el municipio del Valle de Lerma, por lo que se unió al fortín Poncho Marrupe de La Candelaria, y empezó a participar de la organización de eventos culturales.
"Por mi tarea social me invitaron hace un tiempo a participar en política y quiero que eso ayude y no empañe lo que uno hace”.
El docente contó que las puertas y chimeneas las consigue por un amigo que le hace un descuento, sabiendo que hace los hornos con un fin solidario. "Ocupo, además, adobones (ladrillones) y trozos de ladrillos. Estos últimos me los regalan en una cortada de Cerrillos. También uso una buena cantidad de sal gruesa y vidrio molido", agregó. "Y finalmente utilizo cerca de 30 carretilladas de una tierra arcillosa que se mezcla con viruta, especial para este tipo de estructura".
La construcción de la cúpula, levantándose previamente las paredes de apoyo y la loza, le consume un día y medio, con la colaboración de un ayudante. En lo que va del año viene construyendo siete hornos para los merenderos Pequeña Dina y Conquistando Sonrisas de barrio Los Paraísos, y la Cocina de Anita, que funciona también como un comedor. Otros de los merenderos beneficiados son el Benjamín "Michi" Cari de barrio Congreso Nacional, y el de Juan Pablo II.
"Hice otro horno en una casa donde se juntan los beneficiarios de un programa llamado Pan Solidario y otro en Pinares. También les llevo en este caso harina, azúcar y otros insumos", agregó el maestro de escuela, profesor de matemáticas y concejal. "Desde que comenzó la pandemia, sentí que esa era mi tarea, mi aporte para con los sectores más vulnerables. Por mi tarea social me invitaron hace un tiempo a participar en política y quiero que eso ayude y no empañe lo que uno hace".