Fue, sin dudas, un Milagro diferente para los católicos salteños. La pandemia y el aumento de casos de coronavirus frenaron la multitudinaria celebración religiosa, que este año se hizo dentro de la Catedral Basílica y se transmitió en vivo en la televisión y en las redes sociales para que los fieles puedan ver las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, y renovar su tradicional pacto de fidelidad.
Como es costumbre, en cada renovación del pacto de fidelidad con los Santos Patronos de Salta, monseñor Mario Cargnello transmitió un mensaje a los salteños. "La violencia de la pandemia se hace sentir entre nosotros. La enfermedad se expande, el sistema de salud amenaza colapsar, nuestros trabajadores de la salud y de la seguridad se ven desbordados, algunos agotados. La experiencia de la fragilidad física, espiritual y social es de todos", expresó el Arzobispo de Salta.
Cargnello destacó además que los seres humanos enfrentamos la vulnerabilidad física y social, política e ideológica, y económica. "La enfermedad ha superado proyectos partidarios e ideológicos y ha puesto en evidencia sus límites y la mezquindad de segundas intenciones. ¡Qué triste es contemplar el aprovechamiento de la situación para justificar decisiones dudosas en desmedro del bien común", remarcó.
Durante su homilía, el Arzobispo también hizo referencia a la pandemia está sumergiendo a muchas personas en la pobreza. "Son muchísimas las familias que ven disminuir su calidad de vida, sus ahorros, sus posibilidades frente al futuro. Son demasiados los hogares a los que no les alcanza ni para comer. Es duro ver a los que lucran con la enfermedad, con la necesidad del otro, con el dolor ajeno", dijo.
"La ciencia no es omnipotente, la tecnología también tiene sus límites y las organizaciones son limitada. Por eso te pedido ayuda: Sálvanos señor, solo somos hombres", rogó el arzobispo, arrodillado enfrente a la imagen del Señor del Milagro que fue ubicada en la puerta del tempo durante la ceremonia.