Crece en Salta el consumo de la "coca del monte"

La alternativa a la hoja de coca tradicional se vuelve popular a causa de los altos precios y la escasez.

Crece en Salta el consumo de la "coca del monte"
Crece el uso de la coca del monte en el norte de Salta (El Tribuno)

Durante la cuarentena, la escasez de coca produce una necesidad de buscar opciones alternativas, incluyendo la "coca del monte", un producto que produce risas, especulaciones, inversiones y más entre el pueblo del norte salteño.

Son hojas de un arbusto que crece en el monte, y que en Coronel Juan Solá, Estación Morillo está siendo comercializada como "coca del monte chaqueño" por al menos 20 familias. Están vendiendo a $ 600 el cuarto, y recibieron pedidos de Orán, Embarcación y Salta.

Macedonio Santillán fue uno de los pioneros, y la gente que las compra las mezcla con chama, bica o stevia. Las hojas son recolectadas del monte, se secan al sol, las limpian y embolsan. Las venden a través de entrega a domicilio, con motos para llegar a lugares más lejanos, e incluso los controles por coronavirus compran bolsas de $ 100.

Crece el uso de la coca del monte en el norte de Salta (El Tribuno)
Crece el uso de la coca del monte en el norte de Salta (El Tribuno)

El consumo de coca del monte crece por la falta de coca boliviana, aunque el árbol crecía más libremente cuando no había tanto desmonte. Es conocido que ya generaciones anteriores les decían hojas de coca del monte, y eran una alternativa a la coca boliviana.

El proceso de limpieza se realiza para sacarle telarañas, bichos, y todo aquello que pueda afectar la salud. Algunos de los comerciantes se las compran a los aborígenes, que las sacan del monte. Uno de los comerciantes, Félix Rodríguez, cuenta en diálogo con El Tribuno que primero "les pongo un poco del alcohol para matar todo lo malo y luego las paso por un horno eléctrico para que pierdan un poco de agua, que es amarga y fea. Con el horneado permanentemente zarandeado quedan ricas".

Félix vende el kilo a $ 2.500 y a los aborígenes les paga $ 500 el kilo. Explica que no sólo es una alternativa al consumo, sino también a los ingresos "porque acá en el norte salteño está todo mal".

Finalmente, explica que "en la saliva tiene el mismo gusto y color, es más sana porque no tiene fumigantes y es más limpia porque la boliviana viene con caca de aves, de ratas, con todo tipo de basuras que hasta de hantavirus se puede uno contagiar. Mis bolsas vienen con hojas grandes, despalilladas y limpias. Es lo más sano que hay".