El pueblo salteño de Los Toldos se encuentra en el extremo noroeste de las selvas de Yungas, y quedó aislado al inicio de la cuarentena obligatoria. Para llegar por vía terrestre hay que atravesar territorio boliviano, por lo que las medidas preventivas y especulación están creando estragos en la economía familiar.
Además, los precios de la mercadería y artículos esenciales subieron drásticamente, convirtiendo en insostenible la vida cotidiana. Aunque el cierre de las fronteras impulsaron las subidas de precios, vecinos sostienen que en muchos productos las remarcaciones son abusivas sin justificativo.
Consumidores locales pasaron un listado a El Tribuno con los costos antes y después de la cuarentena. Entre los productos están la cebolla, que pasó de $ 25 por kilogramo a $ 70; el tomate de $ 30 a $ 90; y el morrón de $ 35 a $ 80. Por otra parte, el pollo de $ 120 el kg pasó a $ 170, y los huevos a $ 110 la docena.
El arroz más barato pasó de $ 35 a $ 60; el azúcar de $ 50 a $ 85; los fideos comunes de $ 50 a $ 90; el aceite de $ 80 a $ 110; y la harina común de $ 35 a $ 50. Entre las carnes, por otra parte, el kilo de blando criollo está alrededor de $ 400.
El pueblo tiene unos 2.500 habitantes y no tiene estaciones de servicio, sino que el combustible se vende en bidones de forma casera; el litro de súper pasó de $ 75 a $ 110. Hay unos seis almacenes en la zona, y la mayoría cuenta con verdulería; vecinos piden al municipio que se realicen controles de precios.
Gran parte de la población se sostiene con una economía de subsistencia, trabajando en relación con una producción a base de maíz, ganadería caprina y ovina, y poroto. Algunos también cuentan con un empleo en la repartición pública, o en alguno de los escasos locales comerciales.