En la mañana de este miércoles, los empleados del municipio salteño de Aguaray, que trabajan a puertas cerradas por la cuarentena, quedaron perplejos cuando un hombre de 30 años, luego de romper la puerta de vidrio de ingreso, ingresó a las oficinas de la municipalidad y comenzó a destruir todo a su paso.
Una vez que logró ingresar a las oficinas, el joven de 30 años, de quien luego se supo que tiene una discapacidad mental, arrasó con computadoras, ventanas, mobiliario y carpetas, e incluso llegó a destrozar el parabrisas el camión compactador de la municipalidad.
Finalmente, la policía logró frenar la carrera de destrucción utilizando gas pimienta para reducir al hombre enfurecido, mientras los empleados contemplaban anonadados la escena. Luego de la detención se supo que el agresor tenía una discapacidad, y por este motivo, y por órdenes del cuestionado intendente Jorge Enrique Prado, solo se labró el acta policial, pero no realizaron la denuncia.
Los familiares del vándalo luego confesaron que este tipo de ataques de ira es bastante común, y que ha llegado a terminar desnudo en la calle, siendo su hermano la única persona que puede calmarlo. En este caso en particular el detonante habría sido que el hombre fue a la municipalidad a pedir unas pastillas, pero como encontró todo cerrado, se desató la ira.