La insólita denuncia de que un preso planeaba fugarse durante su casamiento en Rosario sumó un nuevo capítulo este lunes. En la audiencia imputativa lo acusaron de extorsionar a la novia involucrada en el caso, quien ahora es su expareja y quedó bajo prisión preventiva.
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Según la investigación judicial, Luciano Bogado y María del Rosario Castelló compartían una relación sentimental y a la vez eran parte de una misma organización delictiva. Aunque él estaba alojado en la cárcel de Piñero, la evidencia indica que era el jefe de la banda y organizaba desde ataques a balazos hasta usurpaciones.
La historia llegó a un punto infrecuente cuando la pareja sacó turno en el Registro Civil del Centro Municipal de Distrito Sudoeste para formalizar el vínculo. El presunto objetivo de la ceremonia era que “Lucho” escapara durante el trámite cerca de Avenida Francia y Acevedo, pero el plan se frustró.
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El fiscal Federico Rébola reveló que antes del casamiento frustrado se había producido una ruptura entre ambos. La mujer había recibido amenazas de su ex por mensajes de texto desde la Unidad Penitenciaria 11. El preso le exigía el pago de $300.000 a la que iba a ser su esposa.
Un casamiento, drogas y balas
Voceros del Ministerio Público de la Acusación (MPA) precisaron que la banda comandada por Bogado funcionó al menos desde el 21 de mayo. En ese momento se registraron las primeras balaceras contra una casa ubicada sobre Garay al 1200.
En el inmueble ubicado en la ex Villa La Lata no sólo habían quedado agujeros de los disparos. La Policía también halló una nota con un número de teléfono. La línea correspondía al celular que usaba el preso en el pabellón 6 de Piñero para dar órdenes a sus secuaces.
La pesquisa reveló que la organización también se dedicaba al narcomenudeo. En particular identificaron un punto de venta en 27 de Febrero y Gutenberg, el cual era administrado por Castelló. Además de trasladar la droga, la mujer se encargaba de guardar y custodiar las armas de sus cómplices.
Como parte del modus operandi que describió el fiscal Rébola, los delincuentes se dedicaban a ocupar bunkers de bandas rivales o los baleaban para cobrar deudas. Las viviendas usurpadas podían convertirse en nuevas bocas de expendio.
Menores de edad envueltos en balaceras
Entre la evidencia presentada este lunes se destaca que Bogado usaba a su hermano menor de edad para organizar ataques con armas de fuego. El chico se hacía cargo de participar o incluso llevarlos a cabo según las ordenes que recibía.
En la misma audiencia, el MPA imputó como integrantes de la asociación ilícita a otras tres personas mayores de edad. Al igual que “Lucho” y su expareja, Laura Bernachea, Agustín Castelló y Camilo Conti quedaron bajo prisión preventiva por orden del juez Alejandro Negroni.