Este viernes comenzó a regir el decreto nacional y el provincial con las medidas restrictivas por la segunda ola de coronavirus. Una de las principales obliga a los bares y restaurantes a reducir la capacidad de atención al 30% y cerrar sus puertas a la medianoche.
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Empresarios se mostraron en contra de la propuesta por la fuerte caída de ingresos que les reportará, habida cuenta de la dura experiencia del año pasado en la que se aplicó la medida, y derivó en el cierre de cientos de comercios gastronómicos sólo en Rosario.
Es por eso que convocaron a un ruidazo para este viernes a las 23, horario en el que podrán recibir a la última camada de clientes, para luego cerrar a las 00. El principal argumento de los empresarios es que ellos cumplen con el protocolo acordado con las autoridades sanitarias, y respetan todas las medidas exigidas.
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Además señalan que no se han dado casos de contagios en bares y restaurantes, y creen ser castigados injustamente. Por eso piden que “como mínimo” les suban al 50% el aforo, porque de lo contrario corren riesgo de quiebra.