“Andá a bañarte, así te vas a trabajar limpio mañana”, le dijo Mariana Cabral a su marido este domingo mientras preparaban la cena en la zona sudoeste. Cuando terminó y fue al negocio que ambos tenían en su casa, Miguel se encontró con el hombre que asesinó a su esposa en el marco de un doble crimen en Rosario.
El homicidio ocurrió pasadas las 20, cuando la joven de 28 años reemplazó a su marido en la verdulería que funciona sobre Felipe Moré al 3800. Mientras su pareja se vestía después de la ducha, un delincuente le disparó en la cabeza y escapó.
Miguel no conocía al asesino. El falso cliente le preguntó si tenía naranjas. Entonces le pidió a su esposa que lo atendiera y se alejó del mostrador para terminar de cambiarse, pero luego se encontró con una imagen desgarradora.
El verdulero advirtió que su pareja había caído herida por un balazo y el tirador había escapado. “Solamente sé que dejó huérfanas a mis hijas”, se lamentó este lunes a la mañana sobre el autor del homicidio.
Miguel confirmó que su familia es vecina Nela Centurión (16), la segunda víctima del doble crimen en inmediaciones de Vía Honda y el barrio Moderno. En este sentido, apuntó: “Nosotros vivimos acá y ellos en el pasillo”.
¿Cómo fue el doble crimen en Rosario?
Después del ataque en Felipe Moré al 3800, el marido de Mariana Cabral la llevó al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) en busca de auxilio médico. Con la ayuda de su padrastro, la cargaron en un auto y partieron hacia el macrocentro rosarino. En ese momento se produjo una segunda balacera fatal a poco más de dos cuadras.
Poco después del ataque en la verdulería, Nela Centurión fue acribillada en la esquina de Matienzo y Seguí. Al menos dos personas en motocicleta la agredieron y escaparon sin ser identificadas.
Según el cálculo preliminar del fiscal Ademar Bianchini, la adolescente recibió entre cuatro y cinco disparos cerca del barrio Triángulo. De esta manera, falleció antes de la llegada del personal del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies).
Por su parte, el esposo de Cabral aseguró que los asesinos “se confundieron”. Padre de una beba de 8 meses y otros cinco hijos de hasta 11 años, Miguel se jactó de su trabajo como vendedor ambulante y afirmó: “Si yo tuviese problemas con alguien, me hubiesen matado en la calle”.