Doble crimen en Villa Gobernador Gálvez: acusaron a un joven de 18 años

Denuncian que Nicolás Ramírez atacó a balazos a Cristian Luque e Ignacio Saucedo en la puerta de su casa.

Doble crimen en Villa Gobernador Gálvez: acusaron a un joven de 18 años
Las víctimas huyeron de Capuchinos al 1700 en un Renault Fluence.

Tres días después de un doble crimen en Villa Gobernador Gálvez, este martes imputaron a un joven de 18 años por el episodio. Tras la primera denuncia sobre un tiroteo, la Fiscalía presume que un grupo de personas intentaron atacar al sospechoso, pero el arma que usaron no funcionó.

Nicolás Ramírez quedó bajo prisión preventiva hasta el 9 de junio por orden del juez Alejandro Negroni. A partir de esta resolución, pasará tres meses privado de su libertad como presunto autor del homicidio de Cristian Damián Luque (30) y Severo Ignacio Iván Saucedo (31).

El Ministerio Público de la Acusación (MPA) sostiene que el muchacho atacó a las víctimas cuando intentaron agredirlo en su casa, ubicada sobre Capuchinos al 1700. En ese momento, ambos fallecidos y una persona más escaparon en auto para pedir ayuda en el Hospital Anselmo Gamen.

Durante la audiencia que se llevó a cabo en el Centro de Justicia Penal de Rosario, la fiscal Marisol Fabbro precisó que Luque murió mientras iban hacia el centro de salud provincial. Si bien Saucedo llegó con vida, falleció poco después en el nosocomio.

Además del homicidio agravado, Ramírez quedó bajo prisión preventiva por la tenencia y portación ilegal de un arma de fuego de guerra. Mientras tanto, el MPA busca identificar a la tercera persona que acompañó a las víctimas fatales.

¿Cómo fue el doble crimen en Villa Gobernador Gálvez?

De acuerdo a la evidencia presentada por el MPA, Luque y Saucedo fueron a buscar al imputado a bordo de un Renault Fluence blanco. El último sábado, alrededor de las 17.15, se acercaron a una persona que estaba en la vereda y le pidieron que llamara a la puerta.

Cuando Ramírez se asomó, vio que uno de los ocupantes del auto se acercó armado y jaló del gatillo, pero no salió ningún proyectil. Entonces, el joven entró a su vivienda, tomó una pistola y volvió a la calle para balear a sus agresores.

Mientras el grupo del Fluence escapaba, el muchacho siguió disparando. Si bien quedaron vainas servidas de proyectiles calibre 9 milímetros, la policía no pudo encontrar el arma que utilizó.