Imputaron a cinco de los acusados por el crimen del pequeño Maxi Jerez en Empalme Graneros

Dos fueron imputados como autores materiales y tres como encubridores del hecho. Todos responden a un narco alojado en el penal de Piñero.

Máximo Jeréz tenía 11 años y fue asesinado en Rosario al quedar en medio de una balacera.
Máximo Jeréz tenía 11 años y fue asesinado en Rosario al quedar en medio de una balacera.

Este martes, cinco detenidos por el crimen de Máximo Jerez, el nene de 11 años baleado en Empalme Graneros durante un cumpleaños, fueron imputados y quedaron presos bajo acusaciones de homicidio y encubrimiento, aunque aún se investiga quién fue el ideólogo del ataque que mató al chico y dejó heridos a otros dos niños.

Según detalló el fiscal Adrián Spelta, las pruebas recabadas hasta ahora refuerzan la hipótesis de un enfrentamiento entre bandas. Por eso, dos de los imputados fueron acusados de la autoría material del hecho y homicidio calificado, en tanto que a los otros tres, una mujer y sus dos hijos, se les achacó ocultar el auto que se utilizó para la balacera. Todos responderían a un preso alojado en el penal de Piñero, desde donde salió la orden de esconder el vehículo.

¿Qué se pudo reconstruir del crimen de Máximo jerez hasta ahora?

En la audiencia de imputación, Spelta resaltó que un narco apodado “Araña” disputa el territorio con la banda de “Los Salteños”, hacia quienes iba dirigido el ataque. “La evidencia que tenemos hasta el momento muestra que el objetivo del ataque a tiros era la familia de los salteños y que, al no encontrar a nadie en el lugar, lo dirigieron hacia los que se encontraban ahí, y terminó falleciendo Máximo y resultaron heridos los otros tres menores”, sostuvo el fiscal.

Luego del crimen, los vecinos atacaron la casa de un supuesto vendedor de droga en el barrio donde mataron a Maxi Jerez.
Luego del crimen, los vecinos atacaron la casa de un supuesto vendedor de droga en el barrio donde mataron a Maxi Jerez. Foto: Captura video TN

Además, detalló que dos de los detenidos, de apellido Castillo, fueron los autores materiales del hecho: “uno de ellos manejaba el Honda Civic y el otro era el que disparaba, junto con dos personas más que la Fiscalía estaba tratando de ubicar, fueron 4 los que participaron en el ataque”.

¿De qué se acusa a los demás imputados?

En cuanto a los otros tres imputados, Gustavo B., Esteban M. y la madre de ambos, Alejandra R., se los acusó de encubrimiento por ocultar el auto. Cabe destacar que fue encontrado en el garage de una casa ubicada en barrio Godoy, en Campodónico al 3200 a partir de una denuncia anónima al 911.

Según lo que circula dentro de la causa, N. Castillo conducía el Honda Civic color negro en tanto que M. Castillo efectuó los disparos. En el vehículo iban otras dos personas que permanece prófugas. Para el fiscal, todos respondían a Alex “Araña” Ibáñez, preso en Piñero.

En ese marco, se pudo esclarecer que la orden de esconder el vehículo salió del pabellón 9 del penal de Piñero, uno de los sectores donde se encuentran personas vinculadas directamente con los autores del hecho y que comandan la banda de Ibañez.

¿Cómo fue el crimen de Maxi?

La hipótesis inicial en torno al homicidio en Rosario es que un delincuente abrió fuego en medio de un cumpleaños. Vecinos de Los Pumitas apuntaron que el tirador huyó corriendo. Durante el operativo posterior al ataque, la policía secuestró dos armas de fuego, incluyendo una de fabricación casera.

La denuncia señala que los niños estaban reunidos en la vereda cuando el agresor le disparó a otro grupo de personas y huyó. Como consecuencia del tiroteo, Maxi recibió un impacto de bala fatal en el tórax, mientras que otros dos niños sufrieron heridas de consideración.

Gendarmería Nacional fue a vigilar el barrio Los Pumitas de Rosario tras el asesinato de Máximo Jerez (11).
Gendarmería Nacional fue a vigilar el barrio Los Pumitas de Rosario tras el asesinato de Máximo Jerez (11). Foto: Juan José García

Horas después, familiares y vecinos del pequeño asesinado organizaron una pueblada contra el narco apuntado como objetivo de la balacera y destruyeron su casa. La policía debió llevarse al sospechoso por temor a que fuera linchado y su búnker de drogas fue demolido por los mismos ciudadanos.