Dos meses atrás, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) denunció detalladamente cómo funciona la industria del apriete y la extorsión en Rosario. En el marco de otra causa similar, dos presos fueron imputados este viernes por estafas a través de Facebook, extorsión y otros delitos de una banda que va más allá del narcotráfico en busca de dinero.
Según la teoría del fiscal Alejandro Rébola, los reclusos de la cárcel de Piñero montaron una organización ilegal “multipropósito”. El supuesto jefe es Maximiliano Blanca y Alexis Silvero aparece en un segundo escalón dentro de esa red.
¿Cómo funcionaba la banda polirrubro comandada desde la cárcel de Piñero?
La Fiscalía Regional de Rosario planteó que los presos antes mencionados formaron una asociación ilícita entre el 21 de julio y el 31 de octubre. Aunque estaban tras las rejas, podían comunicarse con Lucas Reyes sin inconvenientes. Ambos se encargaban de cumplir las órdenes que recibían desde la Unidad Penitenciaria 11.
De acuerdo a fuentes del MPA, Blanca planificó e impulsó todo tipo de delitos en Piñero. La lista incluye desde ataques a bunkers de drogas hasta robos a comercios de Rosario, pasando por escruches, balaceras y usurpaciones.
La investigación judicial señala que Reyes usaba una línea de telefonía móvil a nombre de otra persona que también estaba libre. De esta manera se comunicaba diariamente con su jefe, que le proveía armas de fuego, vehículos y dinero para operar en la calle.
El líder de la banda polirrubro no sólo pagaba por los delitos cometidos en Rosario mientras estaba en la cárcel. También compraba los autos o elementos robados por los delincuentes que estaban a su servicio.
Además de su participación en la asociación ilícita, Reyes quedó bajo prisión preventiva por un asalto que salió mal en Andrade al 1100. El miércoles 2 de agosto a las 14, un ladrón armado le robó su vehículo a una persona y ambos escaparon. Sin embargo, sufrieron un problema mecánico en la huida y tuvieron que descartar el botín en avenida Circunvalación.
Por su parte, Silvero se dedicaba a rastrear posibles víctimas desde Piñero. A veces enviaba información propia para un apriete, robo o usurpación. En otras ocasiones era el intermediario de otros presos que conseguían datos para encargos similares.