Así como todos los hinchas de Newell's festejan a más no poder el regreso de Maxi Rodríguez, los de Peñarol lloran su partida, porque la Fiera se había ganado su corazón a base de clase, entrega, goles y títulos.
Los medios uruguayos que daban por segura su continuidad en el aurinegro, ahora empezaron a deslizar que la decisión de Maxi pasó no sólo por una cuestión de amor a los colores rojinegros, sino también por un tema deportivo.
"Todo indica que sus minutos en la próxima temporada en Peñarol no iban a ser los esperados por el jugador y así tomó la decisión de marcharse", publicó el diario El País de Uruguay.
Claro que Maxi ya tiene 37 años, está por cumplir 38 y ya no tiene el mismo resto físico que tiempo atrás. Sin embargo siempre se cuidó, en su carrera no sufrió lesiones de consideración y con los años de experiencia aprendió dosificar el esfuerzo.
Es por eso que la dirigencia de Peñarol lo quería retener en el plantel, de hecho el propio presidente del club –Jorge Barrera- había charlado en más de una ocasión con él y creía haber llegado a un acuerdo de palabra para su renovación. No pudo ser, porque Rodríguez otra vez vestirá el rojinegro.