Un grupo de once delincuentes que se tiroteó con la policía en la ciudad de Santa Fe fue liberado por el juez que consideró que no había "pruebas suficientes" para dejarlos en prisión.
Al parecer el secuestro de once armas de fuego, el testimonio de los damnificados y los exámenes de dermotest no le alcanzaron el juez Nicolás Falkenberg, para quien no se pudo probar fehacientemente que los detenidos hayan disparado contra los oficiales.
El enfrentamiento se había producido en la madrugada del 3 de febrero, cuando la policía quiso identificar a dos hombres que estaban en actitud sospechosa y recibieron como respuesta más de 50 balazos desde una vivienda precaria. Tras la réplica policial, uno de los malvivientes murió.
Para el juez no se pudo probar a quién pertenecía cada una de las armas, por eso no fue posible corroborar la versión policial, según consignó LT 10.
Los fiscales de Homicidios Cristina Ferraro y González Iglesias los habían acusado de tentativa de homicidio en contra de los efectivos que llegaron al lugar. También les endilgaron la tenencia ilegitima de arma de guerra y uso civil, y el atentado calificado por el uso de arma de fuego por la participación de menores.
Falkenberg dicto la preventiva a los imputados por la tenencia compartida de las armas aunque aseguró que los liberará una vez que constituyan domicilio previa realización de informes ambientales y el pago de una fianza real o personal.