Investigadores del Conicet Rosario hallaron una bacteria probiótica consumida desde hace miles de años por ciertos pueblos asiáticos, que retardaría el envejecimiento y prolongaría la vida.
La bacteria es la Bacillus Subtilis y se encuentra en un gusano llamado Caenorhabditis elegans. Los científicos trabajan para determinar si es aplicable en humanos.
"Tomamos el modelo de un animal invertebrado, un gusano que es relativamente sencillo para trabajar con él si se compara con un humano, pero que la vías que regulan el envejecimiento de este gusano son las mismas que regulan el del ser humano", dijo a La Ocho Roberto Grau, investigador independiente del Conicet Rosario.
El investigador remarcó que la bacteria forma esporas que sobreviven el tránsito después de que es tragado por el gusano, germina el intestino y lo coloniza, formando un biofilm que produce "un efecto beneficioso que permite a la bacteria permanecer y comunicar células y activar genes que tienen que ver con el alargamiento de la vida de manera saludable".
"Encontramos qué genes de la bacteria están involucrados y qué rutas del gusano están involucrados. Y paradójicamente los genes involucrados en prolongar la vida de este gusano inducido por la bacteria probiótica son los mismos que en humanos de más de cien años de edad y que gozan de buena salud", destacó Grau.
La bacteria se utiliza desde hace siglos en una comida tradicional de Japón llamada "natto". Precisamente es uno de los países con población más longeva.