Las requisas del último fin de semana en los penales de la provincia concluyeron con dos hallazgos llamativos durante los días de visita a las cárceles de Coronda y Piñero. En esta última, los penitenciarios secuestraron droga escondida de forma poco habitual para la entrega a uno de los reclusos.
El procedimiento de rutina tuvo un desenlace sorprendente el sábado, cuando uno de los perros que emplean los agentes de seguridad comenzó a inspeccionar un carrito de compras que llevaba mercadería para el detenido. Los animales advirtieron la presencia de estupefacientes, aunque el paquete no era visible en primera instancia.
Cuando los custodios examinaron el bolso con atención, decidieron desarmarlo y entonces descubrieron que había marihuana metida dentro de la manija para trasladarlo. Luego de secuestrar el envoltorio, los efectivos le impidieron el ingreso a los familiares del preso.
En la Unidad Penitenciaria 1, por otra parte, una mujer fracasó en su intento de camuflar un teléfono celular entre su ropa. La maniobra que ya registra antecedentes similares filmados durante las visitas a Coronda esta vez fue desbaratada cuando palparon a la dueña del teléfono. En ese momento, la agente a cargo advirtió que había un objeto metido dentro de un bolsillo bordado y al abrirlo encontraron el dispositivo.