El 14 de agosto fue ratificada por la Justicia de Cámara la prisión preventiva por lavado de activos al líder de la barrabrava de Central, Andrés "Pillín" Bracamonte. "Queda clara su evidente influencia y poder dentro del club, la utilización de sus empresas para adquirir bienes de lujo y transferir a su cuenta grandes sumas de dinero y la facturación de ventas que resultan al menos sospechosas", dice el fundamento del fallo que se dio a conocer este jueves.
Esa fue la respuesta de la jueza de Segunda Instancia, Georgina Depetris, al pedido de la defensa del imputado en las audiencias del 25 y 26 de junio de 2020 por el fiscal Miguel Moreno, quien le atribuyó haber realizado un conjunto de maniobras consistentes en la utilización de personas de su confianza como presta-nombres y administradores, y de la creación, adquisición y/o utilización de sociedades comerciales, a través de las cuales puso en circulación en el mercado bienes provenientes de presuntos ilícitos penales como amenazas coactivas, extorsiones y la posible participación en maniobras defraudatorias.
Para el fiscal, estos negociados fueron posibles desde su posición de jefe en la barrabrava canalla, con el objetivo de que esos bienes (los que alcanzan provisoriamente la suma de $38.404.324,65) , adquieran la apariencia de un origen lícito, con el riesgo de producir alteraciones en el orden económico y financiero local y comercial, como así también afectando la administración de la Justicia provincial. Esta conducta fue realizada con habitualidad.
En una primera etapa el imputado se sirvió de personas de su circulo familiar para adquirir bienes y registrarlos a su nombre, desviando la atención respecto a un aumento patrimonial. A su vez una de estas personas que lo ayudó ofició como administradora de los bienes que adquirió. Entre ellos figuran flotas de taxis y remises e inmuebles propios o arrendados. Una de estas personas, anotada como trabajador autónomo con ingresos de $20 mil anual en 2013 compró tres departamentos del edificio Altos Alberdi valuados en u$s155 mil, y otra adquirió cuatro autos, entre ellos un BMW 125 y un Mini Cooper, cada uno valuado en más de $1,6 millones.
Del análisis de la documentación y los datos recabados se advierte que no existiría correlato entre los montos erogados estimados en concepto de adquisición de rodados y los ingresos de estas personas, por ello se sostiene que en realidad oficiaban de administradores de los bienes mencionados que en realidad fueron adquiridos con bienes de Pillín.
Bracamonte también desempeñaba maniobras a través de la creación, compra y utilización de sociedades comerciales como Vanefra, cuyo objeto social es "Servicio de limpieza y conservación de todo tipo de inmuebles e instalaciones comerciales e industriales y sus dependencias. Construcción, reforma, reparación y mantenimiento de edificios residenciales y no residenciales", que tenía a su nombre un automóvil BMW M2 modelo 2018, con valor de mercado aproximado de $4.471.200, una moto de agua de $836mil pesos que sólo podía ser usada por Pillín y su hijo. También tenía a su nombre dos camionetas Volkswagen Amarok y una moto Kawasaki 948/950CC.
Además de bienes de lujo a Bracamonte se le secuestró grandes sumas de dinero en efectivo como $2.554.610, u$s2844 y valores por $841.402. Para justificar semejante suma, presentó dos estados contables de la empresa Vanefra donde certificó que sus ingresos ascienden a $1.970.500 correspondientes al período del 1/4/19 al 31/3/20, de su actividad; y que los ingresos de otra persona de su círculo familiar que ascienden a $489.000 por la explotación de taxis. Pero en los allanamientos a Vanefra no se encontró ningún rastro o indicio vinculado a las actividades que se describen en su objeto social, por el contrario. Tampoco se encontraron rastros de la actividad declarada de otras de las empresas de Pillín, Ser-Eco SRL.
Otra firma del barrabrava es Ruffino SAS, que la tenía en conjunto con el intendente del Estadio del Club Atlético Rosario Central, cuya actividad iba de la venta de ropa deportiva a la construcción. Pero en los allanamientos tampoco se evidenció ningún rasgo distintivo que haga alusión a la empresa ni a ninguna de las numerosas actividades que comprende el objeto social. Se secuestraron facturas cuyo único cliente es Central.