Ubicada en al zona norte de la ciudad de San Lorenzo, la multinacional Bravo Energy decidió cerrar su planta en al que procesaba aceites usados y otros residuos y desprenderse así de 30 empleados.
La decisión de bajar la persiana se ejecutó este jueves luego de cumplido el último turno de operaciones de la jornada.
Según relataron los propios trabajadores a medios del cordón industrial, este viernes el personal quiso entrar a trabajar, pero se encontraron con las puertas cerradas y la ausencia de directivos para dar explicaciones.
"Estamos en los portones a la espera que alguien venga y nos explique las razones de esta situación", señalaron los delegados gremiales del Sindicato del Petróleo, Gas y Biocombustibles de San Lorenzo.
Con complicaciones financieras desde hace varios meses, Bravo Energy tiene varias filiales en otros países de América y se dedica a la refinación de gas oil a base de aceite de descarte.
La firma tiene entre sus inversores capitales argentinos, chilenos y norteamericanos, pero debido a lo complejo del sistema productivo y dificultades de orden económico, enfrentaba dificultades para mantenerse en el mercado.