Son uno de los rubros más perjudicados y recién desde este lunes en Rosario están pudiendo abrir para tareas administrativas dos días a la semana. Los salones de fiesta viven un presente muy complejo y reflejo de eso es que están reservando fechas para eventos para la segunda mitad del 2021.
El 13 de marzo bajaron las persianas y desde entonces no hubo una sola reunión más. "Hemos tenido que adaptarnos a un mundo nuevo y según lo que hemos hablado con autoridades municipales, entendemos que el horizonte para la reapertura es para septiembre", indicó Iván Hawryluk, titular de un espacio para eventos en Ibarlucea, en el Gran Rosario, y al frente de la Cámara de Eventos y Afines (CEA).
Pero si la vuelta al trabajo, al menos para el noveno mes del año, los ilusiona. Saben que el 2020 es una año casi perdido. "Pudimos operar hasta el 13 de marzo y desde entonces lo que tuvimos que hacer es reprogramar fechas de eventos que en muchos casos ya estaban pagos. En ése contexto empezamos reubicar fiestas desde septiembre y hasta la mitad del 2021. Por ende recién para después de julio del año entrante tendremos fechas disponibles", explicó Hawryluk en diálogo con Vía Rosario.
Aunque ahora hay luz al final del túnel, la incertidumbre sigue en pie respecto de cómo sera la "nueva normalidad" de las reuniones sociales. "Por lo pronto hemos confeccionado un protocolo para el trabajo administrativo que se realiza con atención al público dos días a la semana, Ahora bien, para los eventos en sí, tenemos que seguir dialogando con las autoridades estatales", añadió el empresario.
"Desde el vamos creemos que vamos a reducir la capacidad del salón a la mitad", fue lo que primero mencionó Hawryluk sobre lo que se espera de los salones de fiestas en la reapertura, a lo que se sumará la distancia en las mesas.
"No me imagino gente con tapabocas o la inutilización de la pista de baile. La gente organiza una reunión para celebrar", dijo en relación a las cuestiones que a su criterio no podrán ser negociadas.
Aunque se los ve animados por la posibilidad de reorganizar la agenda de reservas, los operadores del sector de los eventos han perdido una clientela vital para la supervivencia del rubro. "Las graduaciones en todos los niveles, que suelen empezar a pagarse con antelación están casi perdidas. Ningún familiar de egresado hoy se ha puesto a pensar en armar una fiesta en un salón. Ello representaba un ingreso fundamental para nosotros", explicó el referente de la CAE.