Los controles de alcoholemia que son rutina en las rutas santafesinas y son llevados a cabo por personal de la Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV) junto con la policía, derivaron en las últimas horas en la detención de un conductor que reaccionó de manera violenta contra los efectivos.
Es que luego de soplar en el alcoholímetro, el aparato arrojó que el hombre estaba circulando con 3.0 gramos de alcohol en sangre, una marca muy elevada respecto del máximo permitido que es de 0,5.
Cuando quisieron secuestrarle el vehículo, el sujeto se resistió y terminó agrediendo al personal apostado.
La escena ocurrió sobre la Ruta Nacional 33, en proximidades del kilómetro 847,5 en el distrito de Pérez.
Al final, el conductor fue detenido y su auto puesto a resguardo por la policía.