La consigna "quedate en casa" que rige en plena cuarentena por el coronavirus no corre para el personal del "Circo del Ánima", que no es ni más ni menos que el circo de la familia del bailaría Flavio Mendoza que quedó varado en Rosario.
Desde mediados de marzo llegó la compañía con miras a desplegar desde inicios de abril el espectáculo que cuenta con el patrocinio del mediático artista.
Lo cierto es que por el decreto presidencial que ordenó el aislamiento las lonas, las sillas y todo lo inherente al complejo nunca pudo montarse en el predio de Puerto Norte que habitualmente el municipio dispone para la instalación de circos y parques de diversiones.
En el lugar quedaron los camiones con el mobiliario y ocho empleados en total, siete hombres y una mujer, quienes no se pueden mover ya que justamente no están incluidos en las excepciones para trasladarse, y además porque no pueden dejar solos los equipos.
El caso del circo de Flavio Mendoza en realidad es solo una muestra de lo que sucede con los espectáculos itinerantes que hoy están paralizados y emplean en el país a unas 400 personas.
El personal varado en Rosario ponderó, no obstante, que desde la compañía de la familia de Flavio Mendoza les han garantizado el envío de dinero para que puedan afrontar la cuarentena en las casillas rodantes.