Una jornada negra en medio de la pelea social contra el avance del coronavirus. Los bancos de Rosario, y los de gran parte del país, expusieron este viernes las postales más difíciles en la batalla para intentar aplanar la curva de contagio del COVID-19.
Desde los primeros minutos de la madrugada cientos de jubilados y beneficiaros de asignaciones familiares se agolparon en las veredas de las entidades bancarias pese a las medidas de desinfección que tomó el Municipio de Rosario.
Para las 10 de la mañana, horario de apertura, el escenario era el de un caos con ancianos no respetando la distancia sanitaria y personas que pretendían cobrar en ventanilla pese a que no les tocaba este viernes.
Las cámaras lograron captar una mujer mayor con una bolsa plástica en la cabeza, convencida que ése mecanismo le permitía "estar a salvo" de contagio.
Hasta el intendente Pablo Javkin, salió a recorrer los bancos del microcentro y a los gritos, megáfono en mano, pedía que quienes aguardaban turno frente a las sucursales respetaran el metro de distancia, que en algunas veredas estaba marcado en el suelo desde la noche.
"Esto está todo mal" mencionó en un momento Javkin desbordado por una situación que no hizo más que reflejar la necesidad de hacerse de efectivo de la población más vulnerable.