Grandoli fue el escenario de varios picaditos que disputaron los clubes del barrio Lamadrid y El Ombú. Chicos y chicas de todas las edades se reunieron para compartir una verdadera jornada de convivencia que también contó con un tercer tiempo.
La jornada se desarrolló en el predio de Esteban de Luca y Cepeda, lindero a las 33 torres y los 164 monoblocks que componen el populoso complejo habitacional, donde el Club Atlético Lamadrid tiene su localía y a tan sólo unos cien metros de donde se encuentra la sede de su rival de barrio. El espacio que albergó la serie de encuentros amistosos estuvo durante años en desuso, hasta que un grupo de vecinos y vecinas, con el acompañamiento del municipio, decidió recuperarlo para que una de las instituciones del barrio pueda utilizarlo.
La jornada se dio en el marco de las múltiples acciones que promueve el municipio con el objetivo de fortalecer la convivencia y fue impulsada desde la dirección del Centro Municipal Distrito Sur junto a las comisiones directivas de ambos clubes, que aprovecharon la oportunidad para fortalecer los lazos y generar a través del deporte mayor convivencia en el barrio y promover el respeto.
Precisamente el trabajo conjunto entre los miembros de la comisión directiva de Lamadrid y el municipio permitió volver a poner en condiciones las instalaciones del predio, que ya cuenta con iluminación, baños y vestuarios renovados.
La jornada futbolística en barrio Grandoli tuvo un protagonista especial y, como no podía ser de otra manera, también vinculado al barrio. Se trata de Brandon, un joven de 19 años que hizo su debut como árbitro y fue el encargado de impartir justicia en los cuatro partidos que se disputaron.
Además de haber vivido de chico en el barrio, el joven inició su formación como referí en las instalaciones del Club El Ombú, donde se dictó una capacitación del programa Nueva Oportunidad, en la que participaron diez chicos. Respecto a la capacitación que realizó, el muchacho se mostró contento y sostuvo que "te abre las puertas a nuevos proyectos". Además, remarcó que "se aprende y se disfruta con los compañeros y profesores". Ahora, Brandon continuará con su formación para convertirse en árbitro profesional.
Una vez que el joven referí dio el silbatazo final del último encuentro -en el que se enfrentaron los adultos de ambos equipos-, jugadores, entrenadores, miembros de comisiones directivas y vecinos y vecinas del barrio se trasladaron hasta las instalaciones de El Ombú, donde disfrutaron de una choripaneada y compartieron un grato momento.