Con la prórroga por un año de los contratos de trabajadores de Cultura, el gobernador Miguel Lifschitz resolvió solo uno de los problemas que tenía pendiente en materia laboral. Pero su gestión termina dejando a otros 4500 agentes en condiciones de absoluta precariedad, con vínculos laborales que expiran a fin de año.
Este martes se realizó en la seccional regional de calle Lagos, una asamblea de los contratados del Ministerio de Trabajo, que irónicamente estando ellos mismos en negro, deben combatir a las empresas que tienen a sus trabajadores en esa condición. "Señor gobernador, usted dice en la tele que garantiza derechos. Le preguntamos: ¿dónde están los derechos del personal «en negro» de la provincia de Santa Fe?", decía uno de los tantos carteles colocados en el frente del edificio.
Se trata de unos 15 agentes entre abogados, contadores, inspectores y administrativos que durante los últimos cuatro años le permitieron a la Provincia, a través de continuas inspecciones, bajar los índices de siniestralidad, así como también generar grandes recursos económicos con el dinero de las multas a las empresas.
Pero la gestión que se benefició de su trabajo, hizo campaña con sus logros y aprovechó los recursos generados, no sólo que nunca se hizo cargo de su obra social, aportes jubilatorios, aguinaldos, entre otros derechos laborales, sino que se retira dejándolos librados a su suerte.
No son los únicos, personal de Derechos Humanos se manifestó el lunes por la misma situación, al igual que trabajadores de la salud, acompañantes juveniles del Irar, entre muchos otros sectores, que conforman una masa de 4500 agentes. Según la propia gestión saliente, unos 1700 de ellos estaban en condiciones de pasar a planta permanente, pero le dejaron la tarea a la administración de Perotti.