La Municipalidad le rechazó la transferencia de habilitación al boliche Free Pass, protagonista a fines de 2013 de un brutal enfrentamiento entre bandas de jóvenes que acabó con un muerto. Se trata de una medida del Ejecutivo para endurecer la política del control nocturno.
El boliche, que funcionaba en Rioja al 1200, contaba además con denuncias por ruidos molestos, ingreso de más gente de la permitida, presencia de menores y disturbios al ingreso y egreso.
De acuerdo al diario La Capital, la Intendencia tomó como herramienta legal un decreto firmando por la intendenta Mónica Fein que le pone límites a los locales conflictivos y violentos. Esto complementa la ordenanza que impide nuevas habilitaciones a espacios que ya no cuentan con habilitación por faltas graves, más allá de la persona o razón social.
De esta forma, se evita que estos locales reabran al poco tiempo a través de testaferros o de personas ligadas que aprovechan la clientela y evitan las sanciones.
En el caso de Free Pass, se suspendieron las habilitaciones del inmueble para rubros nocturnos por espacio de dos años.