Pasadas 24 horas de extrema preocupación en el ambiente del fútbol rosarino, los futbolistas de Central Córdoba se solidarizaron este domingo con uno de sus compañeros, cuyo hermanito menor recibió un balazo mientras esperaba para jugar con sus amigos en un club de la zona oeste de la ciudad.
La bandera que exhibió el Charrúa antes de medirse con El Porvenir en el Gabino Sosa fue una entre múltiples muestras de apoyo hacia la familia de Benjamín, quien fue intervenido quirúrgicamente dos veces a raíz de la herida que sufrió en la cabeza cuando hacía la entrada en calor con el resto de los chicos del Club 7 de Septiembre.
Agustín, el hermano mayor del nene de 8 años, hizo inferiores en Tigre y forma parte del plantel del Matador de Tablada. El defensor fue uno de los familiares que había ido a ver al niño a la sede de Pablo VI, donde todos creyeron inicialmente que el pequeño se había desvanecido antes de caer.
Desde el Hospital Víctor J. Vilela informaron que "Benja" había quedado en un coma inducido farmacológicamente después de las cirugías y tenía asistencia mecánica respiratoria. Los médicos esperaban que se desinflamara la zona de la lesión como parte de la recuperación inicial y ratificaron que el paciente llegó consciente cuando su tío entró acompañado a la guardia a pedir asistencia.
Una vez que se supo que el chico había sido baleado, muchos clubes de la ciudad hicieron públicos sus deseos de que el chico evolucione favorablemente. El presidente de la Asociación Rosarina de Futbol, Mario Giammaría, hizo lo propio y criticó la falta de respuestas por parte de funcionarios públicos ante la gravedad de lo ocurrido. Al respecto, comentó con ironía que la clase dirigente no tomó cartas en el asunto porque "sigue de campaña".
