En consonancia con lo que ocurre en Buenos Aires, la concejala Agustina Bouza busca eliminar los sorbetes de plástico de los comercios rosarinos para cuidar el medio ambiente pero, según indicó, no cuenta con el apoyo del oficialismo en el cuerpo legislativo local.
En Buenos Aires no se podrá ofrecer ni colocar este artículo a la vista de los clientes y en seis meses quedará prohibida su entrega. Sobre esta iniciativa, Bouza recordó en Radio 2 que ella presentó un proyecto para limitar la proliferación de este plástico en la ciudad.
"Es un producto que no es necesario, no es fundamental para la población y genera un gran daño al medio ambiente", planteó la edil macrista.
Y ahondó: "La idea que regular su uso, encontrar un camino intermedio y es por eso que ideamos 'Chau sorbete' para que se adhieran los comercios voluntariamente y que a cambio reciban una oblea que los distinga como amigables con el medio ambiente, sin que exista un incentivo económico".
La concejala señaló que la propuesta no tuvo repercusión en el sector oficialista del Concejo y apuntó contra los ediles de la comisión de Presupuesto a quienes "no le gusta gastar plata".
Según publicó el diario La Nación, la ciudad de Buenos Aires les dice adiós a los sorbetes con esta normativa. Según estimaciones oficiales, dos millones de sorbetes son consumidos al mes solo en patios de comidas de shoppings situados en los distintos barrios porteños. El descarte de estas bombillas equivale a 1,7 toneladas de plástico.
La normativa alcanza a hoteles de cuatro y cinco estrellas, shoppings, galerías y centros comerciales a cielo abierto, locales que posean una concurrencia de más de 300 personas por evento y establecimientos pertenecientes cadenas comerciales.
La prohibición también se extiende a los locales de baile y comercios donde se sirven y/o expenden golosinas, comidas y/o bebidas; comercios que elaboran y/o expenden productos alimenticios de venta inmediata, comercios que expenden y/o fraccionan productos alimenticios, comercios donde se sirven o expenden comidas y locales para la venta de golosinas envasadas.