Uno de los atractivos principales del Mar de Ansenuza es su variada avifauna, lo que convoca a fotográfos de todo el mundo, maravillados -principalmente- por los flamencos.
En la Laguna Mar Chiquita se encuentran poblaciones muy grandes de estas aves, que por su característico color rosado, se vuelven el blanco de todas las cámaras, admirando a chicos y grandes.
En 2018 fueron censados por investigadores del Conicet y del Grupo de Conservación de Flamencos Altoandinos, pero no fue la primera vez. Los censos aéreos se realizan en Mar Chiquita desde hace más de 10 años, contándose en el último año más de 200 mil ejemplares.
De las seis especies que hay en el mundo, tres de ellas viven en el Mar de Ansenuza: el flamenco austral, el andino y el de James. Su color rosáceo encanta a todos y se vuelven un espectáculo en sí mismos.
Son aves esbeltas, de patas largas -entre 60 y 80 centímetros-, tienen un pico adaptado para hurgar en el barro. El cortejo se produce en septiembre a través de una danza maravillosa para luego aparearse.
Sólo uno de los integrantes de la pareja hace el nido en medio del barro de la playa y coloca un único huevo que es protegido por ambos padres.
La especie de flamenco austral es la que vive todo el año en la Mar Chiquita, mientras que la andina migran hacia la laguna en invierno principalmente.
En diálogo con Hugo Giraudo, fotógrafo de aves, miembro del Club de Observadores de Aves y responsable del Museo de Ciencias Naturales de Miramar de Ansenuza, explicó que entre las causas por las que no se veían tantos en los meses de primavera y verano "es un poco por el disturbio de la gente que viene a hacer turismo y por ahí los espantan con cámaras no aptas y se quieren abrazar al flamenco para poder sacarse la selfie con un celular", ejemplificó.
También señaló que la promoción de algunas actividades deportivas -que para dentro de una Reserva no están habilitadas- como el caso de los parapentes a motor que sobrevuelan la costa de la Laguna a muy baja altura, también espanta a las aves. "Tengo fotos haciéndoles vuelos rasantes a los flamencos para que vuelen y que la gente que llevan puedan sacarles fotos", lamentó el defensor de las aves miramarense.
Y otra de las causas que denunció Giraudo es la gran cantidad de perros callejeros que hay en Miramar de Ansenuza, que al no tener alimento corren a las aves para comerlas.
Con respecto a la época de reproducción, Giraudo señaló que se produce a mediados de la primavera "eso hace que los flamencos se retiren a lugares mucho más apartados y tranquilos para poder reproducirse y que ahora estén volviendo", explicó.