Hugo Giraudo, reconocido fotógrafo de Miramar de Ansenuza, quien retrata a diario las bellezas indescriptibles del lugar, destacando su rica avifauna con imágenes impactantes, logró este fin de semana documentar la presencia de una población de unas 40 aves rosadas, tan bellas como los flamencos.
Se trata de Espátulas Rosadas, espléndidas aves de unos 71 centímetros, que por lo general se encuentran en pequeñas bandadas. Se alimentan en aguas poco profundas, de peces pequeños e invertebrados acuáticos. Caminan lentamente mientras mueven la cabeza de lado a lado y filtran el barro con sus picos anchos y planos.
Es justamente por su alimentación, rica en pigmentos carotenoides que se encuentran en los invertebrados que consume, que el plumaje adquiere ese singular color rosáceo que tanto gusta.
Durante el cortejo, el macho y la hembra interactúan de forma agresiva primero, para luego posar juntos y presentarse ramas entre sí, cruzando y chocando los picos. Los nidos son hechos en árboles y matorrales pero algunas veces también en el suelo. La incubación de los huevos, ponen de 1 a 4, la realizan tanto el macho como la hembra y dura entre 22 y 24 días.
Ambos padres alimentan a las crías que a partir de las cinco semanas pueden abandonar el nido.