El nuevo obispo de Santa Cruz y Tierra del Fuego, Jorge Ignacio García Cuerva, dijo hoy que no quiere ser un "príncipe de la Iglesia" y que por eso no vivirá en el edificio del obispado en Río Gallegos, al tiempo que destacó la necesidad de trabajar contra las drogas, el aborto y la corrupción.
"No quiero ser un obispo de escritorio", aseveró a Télam al explicar que tiene decidido "andar de un lado a otro" y vivir en una casa común. Y espera que eso "me permita ser vecino, ser amigo, encontrarme con la gente en la calle, que vaya a laburar como va todo el mundo. Que pueda tener mi cotidianeidad, que me hace más normal. Lo que no quiero ser es príncipe de la iglesia. Eso no", afirmó.
"La iglesia tiene que ser un hospital de campaña que reciba a todos los heridos de la vida" dijo que será el eje de su apostolado, "sin preguntar, sin juzgar".
El prelado consideró que es clave estar en las periferias, donde "se sufre más", y que "allí debe estar el obispo". A la vez que apoyó lo que dijo el papa Francisco en cuanto a "que seamos una Iglesia accidentada por estar en la calle y no enferma por estar encerrados mirándonos el ombligo".
También recordó que la opción por los más pobres está en el evangelio: "Estar cerca de los pobres no es un tema de izquierda o de derecha", dijo, y agregó que "después lo que yo vote, es otra cosa".
García Cuerva sostuvo también: "No quiero que se mueran más pibes. No quiero hacerle más concesiones al mal", al expresarse contra la legalización del consumo de drogas. Además, consideró que hay una "contradicción en la izquierda" con el aborto, "porque nunca vi defender tanto la propiedad privada (como) al decir 'con mi cuerpo hago lo que quiero'".
Asimismo, el flamante obispo observó que la corrupción "es un tema estructural en nuestro país, en nuestra sociedad, pero que también lo hacemos nosotros en la vida cotidiana". Y agregó: "La gran búsqueda debe ser la transparencia y vivir con lealtad, como decían nuestros abuelos, de que llegue la noche y pueda apoyar tranquilo la cabeza en la almohada".
Nacido en Río Gallegos hace 50 años, García Cuerva explicó que el primer piloto muerto en Malvinas, Gustavo García Cuerva, "era primo hermano de papá", y que en su familia sienten orgullo por el piloto de Mirage protagonista del bautismo de fuego en la guerra de 1982.
Durante un encuentro distendido, García Cuerva señaló también a Télam su predilección por la música cuartetera y mencionó a Los Palmeras y Siglo XXI entre sus grupos predilectos; mientras que es hincha del porteño Ferrocarril Oeste.
Parafraseando a monseñor Oscar Arnulfo Romero (arzobispo salvadoreño canonizado hace unos meses), dijo que "la Justicia es como la serpiente: muerde a los descalzos y, en general, nuestras cárceles, salvo excepciones, están llenas de descalzos que son los más pobres, los más vulnerables, aquellos que no tienen abogados hábiles, o que no tienen posibilidades de recurrir al poder económico para poder no estar en la cárcel".
Por eso, esta tarde visita la Unidad XV, que es la cárcel de Río Gallegos, y también El Hogar de Cristo, un centro de recuperación de adictos. El sacerdote, que asumirá el próximo 23 de marzo, eligió por lema de su misión en el sur un texto del libro de Tobías: "No apartes tu vista del rostro del pobre".