La ex pareja de la maestra Jésica Minaglia, asesinada en abril pasado en su casa de la ciudad Comandante Luis Piedra Buena, en Santa Cruz, fue procesado con prisión preventiva por el femicidio, informaron fuentes judiciales.
La medida alcanzó al policía Pablo Alejandro Núñez (36), quien para la jueza penal de Puerto Santa Cruz, Noelia Ursino, fue el autor del femicidio doblemente agravado por haber sido cometido en perjuicio de la persona con quien ha mantenido una relación de pareja y por alevosía, según la resolución a la que tuvo acceso Télam.
Además, la jueza trabó un embargo de tres millones de pesos sobre los bienes del acusado, con quien la víctima tuvo un hijo que actualmente tiene dos años y nueve meses.
Según surge del procesamiento, la maestra fue atacada a golpes entre las 19.30 del 14 de abril, cuando mantuvo las últimas conexiones en sus redes sociales, y las 8 del 15, cuando fue hallada muerta.
No obstante, de acuerdo con la autopsia, Minaglia no murió en el acto sino que hubo "un tiempo de agonía entre el momento del ataque y hasta el momento del deceso", indicó la jueza en su fallo.
De la evidencia recolectada en el marco del expediente, surge para la magistrada que Núñez agredió a la maestra "mediante la utilización de un elemento romocontundente, en reiteradas oportunidades en la cabeza de su ex pareja (...) provocándole las heridas que le causaron la muerte"
Ursino enumeró testimonios incorporados a la causa que indican que "Minaglia no tenía problemas con nadie, que estaba feliz de haberse separado, que tenía planes futuros, ganas de vivir, que nadie frecuentaba su domicilio y que la única persona con quien tenía un conflicto, y que incluso la amenazaba, era el imputado Núñez".
En la resolución de 26 fojas, la jueza se refirió a audios de la maestra aportados a la causa por una amiga y un hombre al que estaba conociendo y que"resultan ilustrativos de las situaciones que vivía la víctima".
De ellos se desprende que el policía no aceptaba la reciente separación, que entraba con cualquier excusa a la casa y que "se ponía como loco" o "estaba desquiciado" ante situaciones con el hijo, la casa y la posibilidad de que la víctima estuviera con otra persona.
Incluso, remarcó la magistrada, había personas que le habían recomendado a Jésica reclamarle la llave de la casa y que pusiera rejas en una ventana de la cocina, ya que Núñez había roto una vez un vidrio para entrar luego de que ella le cerrara la puerta en el marco de una discusión.