El Tribunal Oral Federal de Resistencia, integrado por Juan Manuel Iglesias, Rocío Alcalá y Luis Gonzáles, condenó ayer a cuatro ex policías y ex militares por crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura militar en la provincia de Chaco contra pobladores rurales y militantes campesinos, en el juicio conocido como "Ligas Agrarias". El tribunal impuso la pena de prisión perpetua al ex teniente coronel del Ejército, Tadeo Bettolli, por el homicidio agravado del dirigente campesino Raúl Eduardo Gómez Estigarribia, y la misma pena para el ex agente policial Alcides Sanferraiter por el homicidio agravado por alevosía de Carlos Pícolli.
Además, recibieron penas de cuatro y dieciocho años, respectivamente, los ex comisarios José Rodríguez Valiente y Eduardo Wischnivetzky por encubrimiento, privación ilegítima de la libertad y tormentos, según cada caso. El ex agente policial Miguel González, acusado de homicidio, resultó absuelto. Durante las audiencias de debate actuaron en representación del Ministerio Público Fiscal los fiscales Carlos Amad y Patricio Sabadini y los integrantes de la Unidad de Asistencia en Causas por Violaciones a los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado de esa jurisdicción Diego Vigay y Horacio Rodríguez. En los alegatos, los fiscales habían solicitado la pena de prisión perpetua para Bettoli, González y Safenraiter por encontrarlos responsables del delito de homicidio agravado por alevosía; 18 años de prisión para el ex comisario general Wischinivetzki y cuatro años para ex comisario general Rodríguez Valiente.
Entre los casos que llegaron a juicio se destaca el homicidio de Carlos Piccoli, ocurrido en la madrugada del 22 de abril de 1979 en el paraje Pampa Florida, de la zona rural de la ciudad de Sáenz Peña. Según pudo reconstruir la acusación, Piccoli fue “sorprendido por un retén policial constituido por los agentes Carlos Chávez y Alcides Roberto Sanfenraiter, armados”, quienes se escondieron “a un lado del camino, ocultados por la oscuridad y matorrales esperando el paso de Piccoli para luego dispararle” a mansalva. Además, el Ministerio Público Fiscal recordó que Piccoli era perseguido desde el año 1975 por las Fuerzas Armadas y fuerzas de seguridad que lo buscaban por su participación en la organización de las Ligas Agrarias de Chaco. A raíz de su militancia social debió exiliarse en España y finalmente regresó a la provincia del Chaco en el año 1979.
El otro caso, ocurrió el 12 de febrero de 1977, Ese día, Gómez Estigarribia fue acribillado en la localidad de Corzuela por un grupo de fuerzas conjuntas al comando de Bettolli e integrado por cuatro efectivos de la Dirección de Investigaciones de la Policia del Chaco fuertemente armados, según reconstruyó la acusación. El grupo de las fuerzas conjuntas del Ejército y policías del Chaco esperó al dirigente y docente rural en una casa donde tenía pautada una reunión, “tendiéndole una emboscada” y convirtiéndolo en “un blanco fácil” para sus victimarios. Se contabilizaron por lo menos 11 impactos de proyectiles de grueso calibre recibidos por la víctima y el frente de la vivienda.
Asimismo, Rodríguez Valiente fue condenado por el encubrimiento de los asesinatos de Piccoli y Estigarribia. El jefe policial fue acusado por la elaboración de falsos informes en los que hizo fraguar los fusilamientos como supuestos enfrentamientos. Finalmente, Wischnivetzky fue juzgado y condenado por los delitos de privación ilegítima de la libertad y tormentos perpetrados contra tres trabajadores rurales, ocurridos el 30 de agosto de 1976, en la localidad de Villa Berthet. Las víctimas fueron detenidas y trasladadas en un jeep por efectivos policiales liderados presuntamente por Wischnivetzky. Tras trasladarlos a un campo fueron golpeados con el fin de obtener información vinculada a su participación en las Ligas Agrarias y al paradero de dirigentes que eran buscados.
El alegato de los fiscales fue claro en describir que la persecución y los crímenes cometidos en el interior de la provincia, entre los años 1974 y 1980, significaron “una gigantesca campaña de parte del Ejército Argentino y la Policía de la Provincia del Chaco, de operaciones de persecución y represión a trabajadores rurales y pequeños productores, militantes y dirigentes del Movimiento denominado Las Ligas Agrarias del Chaco”.
En las Ligas Agrarias se agrupaban alrededor de 1500 familias de agricultores y cerca de 3 mil obreros rurales , que se dedicaban fundamentalmente a la producción agrícola, siendo el algodón el cultivo principal pero también se producían cereales y oleaginosos. Habían conformado el movimiento cooperativo de UCAL -una federación de unas treinta cooperativas-, que producían entre 30 y 40 mil toneladas de fibra de algodón, tenían dos fábricas de hilanderías, una flota propia de camiones para exportar, una fábrica de algodón hidrófilo para farmacias, un frigorífico de frutas, una fraccionadora de vino y la Cooperativa de Seguros “Cosecha”.