Gabriel Moreyra, un joven de 29 años hipoacúsico y en tratamiento psiquiátrico, perdió su vida el 21 de diciembre pasado, como consecuencias de importantes quemaduras en su cuerpo, las cuales se dieron en su breve paso por la Alcaidía de Rafaela. Su madre, Edi Aguilar, publicó un video que rápidamente se viralizó, en donde pone serias dudas en el accionar de la policía, ese mismo día.
La versión oficial indica que llegó a Rafaela proveniente de un arresto realizado en Humberto Primo, en donde había violado una perimetral que tenía hacia una expareja. Hubo dos versiones: una, que indicaba que hubo una revuelta con otro recluso. La segunda, que prendió fuego unos colchones de gomaespuma y se arrojó sobre ellos. Las quemaduras cubrieron el 90% de su cuerpo. Dada la gravedad del caso, fue trasladado al Hospital Cullen de Santa Fe, donde muere. Pero su madre dice que pasaron otras cosas.
Edi admite que violó la perimetral. Pero dice que la policía de Humberto lo golpeó y que hay testigos que lo certifica.
“El 7 de noviembre fui a una consulta con él a un psiquiátrico. Estaba medicado. Mi hijo tenía trastornos de conducta. El vivía en Virginia y por problemas de pareja, se separan y ella lo denuncia. A Gabriel le ponen una perimetral”, relata.
“Gabriel el martes 20 lo detienen por una llamada de un vecino de Humberto Primo porque estaba violando la perimetral. Por eso llega la policía a esa vivienda. Cuatro policías lo cargan en una camioneta y lo llevan a la comisaría de Humberto Primo. Hay vecinos que vieron y escucharon que a Gabriel lo cagaron a palos. Gabriel agonizaba. A mi hijo lo tendrían que haber pasado por un Hospital, para que lo vea un psiquiatra. Si no había uno en Humberto Primo, lo tenían que haber mandado a Rafaela, y ahí hay psiquiátras, psicológos para que asistan. A mi hijo le robaron los derechos humanos. Me lo mataron. Mi hijo jamás se hubiese quitado la vida”, contó.
“Vecinos de Humberto Primo ven ingresar una ambulancia a la comisaría. Me pregunto: si mi hijo necesitaba asistencia médica, por qué no lo llevaron al Hospital de Humberto y lo trasladaban a Rafaela, con orden de ser asistido por un psiquiatra y que, junto con una jueza, decidieran que era lo mejor para mi hijo. Él no podía estar en una celda”, agregó.
“¿Dónde sacó mi hijo un encendedor para prender fuego dos colchones y termina con el 92% de quemaduras en su cuerpo? El 20 de diciembre, a las 20, me llaman avisándome que mi hijo entraba en la Alcaidía de Rafaela. Antes de las 22 me llaman para avisarme que lo llevaban al Cullen de Santa Fe, con riesgo de muerte. Hay muchas cosas que a mí no me cierran. Lo único que pido es Justicia”, añadió.
“Cambiaron los informes: se dijo que Gabriel había apuñalado a un preso. Después desapareció eso. A esos cuatro o 5 policías que me lo mataron a palos, ¿ustedes no tienen hijos, nietos? Lo quemaron vivo. Estoy esperando el resultado de la autopsia. Estoy esperando los pasos a seguir, porque lamentablemente hay cosas que no entiendo”, indicó.
“La policía dice que lo ponen preso porque aprieta a la expareja y que le genera dolor. Pero ella me dice que no es así y que le había retirado las causas”, completó, no sin antes encomendarse a San Expedito.
“Necesito hablar con la fiscal la doctora Gabriela Lema. Necesito ayuda. Necesito Justicia por Gabriel”, cerró.