El avión con el que se realizó una de las misiones más espectaculares de la Guerra de Malvinas puede regresar al país. Se trata de un Jet Caza Aermacchi MB 339 (4-A-115), con el cual el Teniente de Navío Owen Guillermo Crippa -que hoy vive en Sunchales- fue el primero en agredir a los invasores.
“Quienes regresamos al país, no somos héroes. Lo son los que quedaron en las islas”, dice Owen Crippa este lunes, en Rafaela, antes de hablar ante el alumnado de la Escuela Técnica N° 1. “Guillermo Lehmann”, en el marco de los 40 años de la guerra. Pero su accionar el 21 de mayo de 1982, en las Islas Malvinas, fue claramente heroico. Es que él fue el primero en enfrentar a los ingleses, en soledad, cuando, al realizar un vuelo de reconocimiento, detecta que estaba realizando su desembarco en el estrecho de San Carlos. Sin dudar, disparó sobre el HMS Argonaut, lo deja fuera de combate y, en la huida, pasó entre medio de media docena de embarcaciones de la flota británica, la tercera más poderosa del planeta. Arribó intacto. “Sólo llegué primero. Tuve que arreglarme”, dice Crippa, con una risa. Por esa acción, le dieron la “Cruz de la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”, la más alta condecoración del Estado Argentino.
Crippa y el Airmacchi se convirtieron en veteranos: sobrevivieron al conflicto armado. En el 86, él deja la aviación naval. Y el avión sufre la década del 90: se decide su venta, sin importar que era un símbolo de la guerra. Con el producto, iban a comprar helicópteros, para las campañas antárticas.
Con el paso del tiempo, Crippa quiso recuperar ese avión. Su avión. ¿Acaso el Cid no haría lo mismo con Babieca, o Don Quijote por Rocinante? Su búsqueda fue positiva: lo encontró desarmado, en un hangar privado, en Houston, Texas, Estados Unidos.
Owen Crippa, Roberto Curilovic y Claudio Meunier iniciaron las gestiones para poder repatriarlo. En diálogo con Radio Rafaela, Crippa admitió que “las negociaciones están prácticamente cerradas”. “Hemos ido a verlo. Hemos solucionado la parte legal, con amigos en EEUU. El avión está listo para pagarse, embarcarse, pagar el seguro y traerlo. Evidentemente, tengo que salir a buscar los fondos, porque no soy un potentado. No tengo ese dinero. Y si lo tuviera, Norma, mi esposa, protestaría algo que dispusiera de él graciosamente”, reconoce con una sonrisa.
“Necesito una institución, como una fundación, una ONG, una Asociación sin Fines de Lucro y un banco que esté dispuesto a abrirle a esta institución una cuenta, que permita girar fondos a EEUU, en dólares. Entonces, cumplido por parte del vendedor el contrato, esa cuenta de garantía le paga y el avión viene para acá. Con esto es lo que más tiempo perdí y estoy perdiendo, porque las primeras instituciones me fueron dilatando mucho tiempo hasta que decidí tomar el toro por las astas”, contó.
¿De cuánta plata estamos hablando? Nunca dio a conocer un monto concreto.
“Una vez que tenga eso, vamos a salir a recaudar fondos. No van a ser muchos, pero es un monto significativo. Hubo empresas que dijeron que iban a poner el dinero. Pero yo quiero que sea una convocatoria masiva, en donde toda la sociedad ponga un dólar aunque sea, pero que se sienta representado en esta epopeya”, dijo.
Inicialmente, se dijo que la máquina iba a al Museo de la Aviación Naval, en Bahía Blanca. Pero Crippa dio otra novedad: “si lo hacemos acá, lo vamos a retener en esa zona”.
Aquellos que estén interesados en colaborar, pueden ponerse en contacto al siguiente correo: owencrippa@yahoo.com.ar.