Ciudad Progresista, una agrupación de jóvenes dentro del Frente Progresista Cívico y Social, se han manifestado recientemente a favor del regreso a las aulas de forma presencial y en contra de las políticas adoptadas a nivel provincial en materia de educación durante la pandemia.
Matías Martínez Sella y Julián Jacki, de Ciudad Progresista, consultaron a padres y docentes de Rafaela sobre la vuelta a la presencialidad en las aulas.
Para el primero de ellos, “es necesario advertir el nivel de desorganización e improvisación que está demostrando el Ministerio de Educación de Santa Fe, aún antes de los comienzos de la pandemia. No existe un plan integral y direccionado, muchos cargos continúan vacantes, no hay respuestas a las demandas particulares de la cotidianeidad escolar. Los docentes y directivos haciendo lo que pueden, recibiendo directivas, circulares incomprensibles, contradictorias, con poca antelación. Trabajando muchas veces con miedo”. “El Ministerio no está escuchando ni a los padres ni a los docentes” sentenció Martínez Sella.
Por su parte, Jacki resaltó: “durante el 2020 las clases no se detuvieron. Por el contrario, la labor del docente se vio complejizada. Transformaron sus hogares en ámbitos laborales, se capacitaron en el uso de tecnología digital, adquirieron equipamientos, adaptaron contenidos al nuevo formato, y en muchas ocasiones trabajando tanto directivos como docentes en soledad y a la deriva, causando tanto en docentes como alumnos cuadros psicológicos complicados, muchos con depresión”.
Lo cierto y concreto es que, según datos que brindó el mismo Ministerio, 39 mil niños, niñas y jóvenes santafesinos han tenido “fragilidad en la trayectoria” escolar. Según el portal Chequeado.com -un medio digital que se dedica a la verificación del discurso público, la lucha contra la desinformación, la promoción del acceso a la información y la apertura de datos- el abandono interanual con respecto a 2019 es de 107 mil en Santa Fe: “¿cómo hacemos para que vuelvan?” se preguntó Jacki: “más de la mitad de los niños y jóvenes están por debajo de la línea de pobreza, y esta situación ha acentuado las desigualdades sociales: han perdido el vínculo con el docente y con sus pares por tener dificultades de acceso a internet y a dispositivos o al no tener espacios adecuados. Es de suma importancia la vuelta a los formatos presenciales, garantizando el acceso a todos por igual a contenidos pedagógicos y entendiendo a la escuela como un ámbito propicio para los procesos de aprendizaje y de integración social”.
En el diálogo con docentes, las paritarias también son una preocupación: “durante todo el año estuvieron suspendidas. El poder adquisitivo de nuestros docentes se vio drásticamente disminuido. Recibieron un bono, en negro, durante los últimos meses del año” resaltó Martínez Sella.
Por último, Martínez Sella remarcó que “más allá de lo discursivo, tampoco está muy claro qué acciones realizó el Ministerio en esta época de receso para preparar la infraestructura, los protocolos y los espacios para que sea realmente viable la vuelta a la presencialidad”.