En la tarde-noche de este martes, se concretó el encuentro de candidatos tanto a intendente como de concejales, organizado por el Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región, la Sociedad Rural de Rafaela y el Círculo de la Prensa de Rafaela. Vale destacar que no fue un debate, de decir, no hubo un cruce entre los postulantes, sino que simplemente expusieron sus ideas. Aunque, esto no impidió que, en un momento y por dos temas en particular, hubiera un poco de “picante” entre el intendente Luis Castellano y los concejales Leonardo Viotti y Lisandro Mársico, ambos que buscan la intendencia y renovar su banca en el Cuerpo Legislativo.
Luego de las presentaciones de rigor, comenzaron las presentaciones. La organización se dio en función de cómo aparecen en la Boleta Sábana. Es por ello que quien fue primera fue Mónica Schmutzler, de Viva la Libertad. Se vio sorprendida por la situación (es la primera vez que encabeza una candidatura) y resaltó el “amor a Dios, a la Vida y a la Tierra” como ejes de su vida.
Planteó un Estado con una importante articulación entre lo público y lo privado (ciudadanos, instituciones y especialistas), basado en el bien común. Y planteó el concepto de “ciudad feliz”, que es ecológicamente sustentable y vinculada con que todo quede a 15 minutos de distancia: centros comerciales, de salud, espacios verdes, recreativos, gastronomía...
Claramente, su pasión es la salud pública. Y se notó al momento de hablar de este tema. De hecho, dejó de hablar del resto de los puntos, casi para centrarse en exclusividad sobre ello. “En 10 años nos vamos a quedar sin profesionales de la salud si no fortalecemos al personal, si no lo incentivamos a que se queden en el sector”, dijo y realizó una denuncia: “hoy no tenemos ambulancias para traslados en el Hospital. Usamos la del 107.
Raúl “Lalo” Bonino (Unite), por su parte, comparó su pase por desde el PRO al sector Libertario como el de Steve Jobs, tras ser echado de Apple, para fundar Pixar y regresar a su firma inicial. “Me siento honrado en ser el único acá que no vive del Estado”, en alusión al resto de los candidatos. “Si quieren elegir políticos que les impongan cómo pensar y qué pagar, elíjanlos a ellos que viven del Estado”.
Acto seguido, presentó su plan de gobierno (quejándose de que los medios no lo publicaron, acusándolos de no hacerlo por “una pautita o estar ensobrados”), no sin antes decir que “Rafaela no es para improvisados” y dio a conocer su currículum académico. “A la ciudad no solo hay que gobernarla, sino que tiene que haber gente que los entienda”, planteó, mostrándose como un empresario más. “Rafaela puede volver a ser un foco industrial”, dijo. Casi planteando “hay que volver a ser grande a Rafaela”, en una imitación al slogan de Trump.
Lo cierto es que si bien tenía el “plan de gobierno” para mostrar, seguía sin darlo a conocer, sino que habló de “el foro romano que vimos el fin de semana”, en relación a la Fiesta de la Tamberita. Y cuando se decidió, se quedó corto de tiempo: planteó, igualmente, “devolverle a la sociedad $6.000 millones del presupuesto” al achicar el gasto político, entre ellos, privatizando el servicio de transporte público de pasajeros, y eliminando a la obra pública´. También hablo de una reducción impositiva, pero no detalló las tasas o tributos a eliminar por falta de tiempo.
Después fue el turno de Castellano, que hizo un repaso por todo lo hecho en el Área Central: el Centro Recreativo Metropolitano “La Estación”, la iluminación en Av. Mitre, el Desagüe de Tucumán, el arreglo del adoquinado en esa calle, los arreglos en el Parquecito Islas Malvinas, la reforma de los canteros centrales del Bv. Santa Fe, la seguridad en el tramo de la avenida, y el proyecto para los exAlmacenes Ripamonti. “A todo, los hicimos juntos”, repitió. Y planteó como cuestiones pendientes: la reforma de las veredas de Bv. Santa Fe (con todos los servicios por debajo), la obra de Ripamonti, entre otros.
“Los eventos turísticos de fin de semana no fueron pan y circo, sino que generan movimiento económico”, le respondió a Bonino.
Y después, se centró en el proyecto del Oeste Productivo, es decir, los usos de suelo que se le van a dar a todo el sector que rodea la Variante Rafaela. Este sería un punto que traería polémica.“Me quedo con el sabor amargo de no poder haber pavimentado los caminos 5 y 6″, dijo.
Finalmente, llegó Viotti. Planteó que hay tres ejes en su vida que repetiría en la gestión de la ciudad: “esfuerzo, trabajo y estudio”. Y dio tres ejes de su futura administración: un plan de seguridad local, con apoyo provincial (”no nos quedaremos sin reclamarle a Maximiliano Pullaro, el futuro gobernador, por lo que le corresponde a Rafaela. Algo que no hizo esta gestión”, dijo), el Estado cercano y dinámico, con un achicamiento en el gabinete (la Jefatura va a desaparecer, si gana) y finalmente infraestructura. Acá es donde apareció la polémica, porque planteó que el proyecto del Oeste Productivo subió al Concejo “sin consenso y sin diálogo”. En este sentido, propuso que hay “un diálogo profundo para consensuar proyectos”.
Después, llegó el turno de los primeros candidatos a concejales. Bodoira propuso retomar el PER (Plan Estratégico de Rafaela) y sumar una línea de Whatsapp para tomarle los reclamos a los vecinos, Boidi (muy nervioso) propuso reducir el sueldo de los concejales y el gasto polìtico.
Senn volvió a ponerle picante, al recordar que Rafaela se quedó sin una estación de servicios YPF “porque algunos concejales de la oposición (NdR: un reconocimiento a Bonino, que sí apoyó) no quisieron”. Y Mársico propuso expropiar suelo para financiar suelo industrial, como pasó en los 70′s con el Parque Industrial y en los 2000 con el PAER. Y mejorar los caminos rurales de todo el distrito Rafaela.
Llegó el turno de las preguntas de las instituciones organizadoras. La SRR preguntó por el desarrollo de la mancha urbana en detrimento del área rural. Castellano aprovechó para “desmentir que no hubo diálogo” con el proyecto de ordenanza del Oeste Productivo. Y e insistió sobre Viotti: “Había dos proyectos de ordenanza: el de Brenda y el de Lisandro. Y salió esta, improvisada, que fue derecho a la Justicia y que nos costó a los rafaelinos 5 millones de pesos en costas”.
Viotti defendió ese texto: “no fue improvisada: sólo se vetó uno de 50 artículos” e insistió en que el proyecto del Oeste Productivo llegó al Concejo sin diálogo ni consenso previo.