El Instituto para el Desarrollo Sustentable de Rafaela junto con la Secretaría de Producción, Empleo e Innovación, continúan promoviendo en la ciudad el consumo de productos locales y de cercanía, la alimentación consciente y saludable, el empleo verde y la economía circular, a través de la “Feria Desde El Origen”.
Aromas, sabores, colores y naturaleza, formaron parte de la edición número 18 de este espacio de encuentro y concientización, en el que participaron más de un centenar de vecinos, vecinas y productores verdes.
“La “Feria Desde el Origen” contribuye con un desarrollo local más consciente del entorno y más sano, favoreciendo la construcción de redes entre productores, consumidores, educadores y vecinos. Es un espacio de encuentro directo entre el consumidor y el productor, con todo el valor que eso tiene”, destacó la secretaria de Ambiente y Movilidad, María Paz Caruso, presente durante el evento.
“Son cada vez más los vecinos y vecinas que se suman y valoran este tipo de propuestas con su participación. Y cada vez más los proyectos que se suman a esta red verde de trabajo articulado, gracias al acompañamiento del Estado para que los emprendimientos se traduzcan en más opciones para la feria”, sumó.
Producción local
En esta oportunidad, estuvieron presentes la huerta comunitaria SISU del DIAT (huerta agroecológica, verduras orgánicas y aromáticas), Campo Conciencia (verduras, huevos de campo, miel y aceite), Circular (hummus, dips y miel), Vivero Vida (cactus, suculentas y plantas de interior), Qhalikay (tisanas y hierbas), Cecilia González (budines de masa madre y barritas de avena) Casa Luna (huevos, miel y yerba orgánica) y SP Vegan (productos alimenticios veganos).
Todos los emprendedores estuvieron de acuerdo en el valor del espacio para generar redes verdes de trabajo conjunto, para promover la cercanía del productor y la ciudadanía y para promocionar y vender productos que fomenten la alimentación consciente y la sustentabilidad.
Andrea de “Campo Consciencia”, contó que “para nosotros la feria es un puente que posibilita conectar y encontrarnos con la comunidad, con nuestros clientes. Permite el diálogo, que la gente conozca lo que producimos, nuestra experiencia de trabajo en familia. Esa interacción que se genera con todos los que participan en la feria, en un espacio de celebración y distendido donde la gente sugiere, opina y dialoga permite intercambios super enriquecedores. Además nos nuclea con otros productores con quienes vamos fortaleciendo vínculos. Es una iniciativa que nos encanta y lo disfrutamos muchísimo”.
Por su parte, Mariana de “Huerta SISU”, sumó que “siempre que participamos nos traemos mucha energía de la gente, que aprovecha el espacio para hacernos sugerencias o felicitarnos por el trabajo que realizamos. También para consultarnos sobre los productos y sobre la huerta. Pero además es un punto de venta extra. Nos permite ofrecer y comercializar los productos que con tanto esfuerzo producimos día a día en nuestra huerta agroecológica”.
Asimismo, Verónica de “Qhalikay”, dijo: “Para nosotros es un medio presencial de comunicación. Vamos con nuestro productos, hablamos con la gente y generamos conciencia. Nos ayuda muchísimo para poder escuchar a los diferentes actores, saber lo que piensan y necesitan de nuestros productos. La feria es un hermoso espacio donde podemos intercambiar, y una gran oportunidad que nos dan para mostrarnos al mercado”.
Por último, Analía de “Circular”, sostuvo que “va mucho más allá de las ventas en sí, el intercambio con la gente, poder mostrar productos que no conocen, que los prueben y los lleven, y frente a eso lo que recibo de ellos. Aprendo un montón de los emprendedores, de tanta gente que pasa y tiene mucha información, mucho conocimiento. Son encuentros muy enriquecedores, mucho más que una simple venta. Disfruto mucho estar al aire libre, junto a otros emprendedores, con opciones orgánicas y productos sustentables que nos permitan verdaderamente volver al origen”.
Una respuesta frente al cambio climático
Es importante destacar que los emprendimientos verdes son una respuesta a la crisis climática. En los últimos años, han surgido como un escenario productivo y comercial emergente, que busca responder, tanto de manera individual como comunitaria, a distintas vulnerabilidades de tipo económico, ambiental y sociales.
El desarrollo de actividades económicas de baja escala, autónomas o autogestionadas, han pasado a constituir una alternativa para trabajadores y profesionales de los más diversos rubros, como una forma de resistencia, fomentando a su vez formas más equilibradas y saludables de consumo y estilos de vida.
Este tipo de emprendimientos son considerados fundamentales en la lucha contra el cambio climático, ya que preservan el medioambiente a través de modelos de producción sostenible, al mismo tiempo que fortalecen las economías locales y regionales, generando trabajo e inclusión social.
En este contexto, el municipio desde hace tiempo busca vincular a estos actores claves, en cuanto a la generación de políticas públicas que posibiliten la transición hacia formas más sostenibles y equitativas de economía. (Fuente: www.ramcc.net)