Concejales de Rosario visitarán Rafaela este viernes para analizar su modelo de gestión de residuos. Y es que antes del 31 de julio se debe llamar a licitación para un nuevo sistema de higiene urbana. En ese marco, no quieren centrarse sólo en la recolección de las bolsas de basura, sino también otras cuestiones importante, como la incorporación de los cartoneros a la economía formal y la separación de residuos en origen.
Este último punto es el que tomaron en Rosario como “modelo” en Rafaela. En la actualidad, cerca del 80% de los rafaelinos tienen dos bolsas en sus casas: una para los plásticos y secos (se buscan lunes y jueves) y otra para los de la cocina (el resto de los días, salvo el sábado). Es un porcentaje muy alto y que se sostiene a lo largo del tiempo.
Los plásticos y secos son tratados por tres cooperativas que se crearon con las personas (hoy también las integran los hijos de aquellos fundadores) que buscaban su sostén diario en el Viejo Basural, hace más de dos décadas. Salvo el plástico duro y el vidrio, todo se compacta y se vende. La ganancia, queda para las cooperativas, que reciben eventualmente ayuda municipal cuando el mercado no tiene precios que garanticen la superviviencia.
La presidenta de la comisión de Ecología del Concejo, María Luz Ferradas (Ciudad Futura), le dijo al diario La Capital de Rosario que “Rafaela tiene un sistema de gestión ejemplar en la provincia: sacan los residuos en diferentes días de acuerdo a basura orgánica o reciclable. En Buenos Aires vamos a ir a ver el trabajo que se hace en cuanto a formalización de cartoneros y cartoneras, que acá se realiza en una porción pequeña. La idea es unificar el trabajo que se viene haciendo a pequeña escala para que puedan incorporarse al sistema”, explicó. A CABA irán el 27 de mayo.
La secretaria de Ambiente y Movilidad de Rafaela, María Paz Caruso, explicó que la “correcta gestión de residuos” en la ciudad comenzó hace 20 años, con el cierre del basural a cielo abierto y la construcción del relleno sanitario, que se ubica a unos 10 kilómetros del centro de la ciudad. En ese espacio, además, funciona una planta de tratamiento de residuos en donde trabajan cooperativas de recicladores urbanos “que encuentran sustento económico en la recuperación de residuos”.