El prestigioso periodista de La Nación, José Claudio Escribano, fue el encargado de redactar el obituario de Emilio J. Grande, quien falleciera a los 94 años el pasado 12 de enero.
Recuerda que el diario La Opinión, donde Grande fuera director durante una década y media, fue fundado por masones. “En el pasado Rafaela había tenido dos logias masónicas”, memora.
“Emilio Grande fue una expresión cabal de ese prolongado turno del diario de una ciudad tan única por su sostenido desarrollo social, agrícola e industrial que se ha dicho, con no poco de ironía y más de verdad, que en Rafaela hasta los intendentes peronistas han hecho una gestión provechosa para la ciudad y menos provechosa para el bolsillo de los funcionarios. En esa urbe caracterizada por la impronta pujante y ahorrativa de la inmigración piamontesa, reforzada, además, por descendientes de suizos del cantón del Valais, poblado por francófonos y germanófonos, el periodismo del último siglo ha dispuesto de dos voces dispuestas a informar y servir a una población exigente: La Opinión, que fue por momentos sensible a la gravitación del peronismo, y Diario Castellanos, más próximo al radicalismo. Hoy, ambas publicaciones se hallan en manos del llamado Grupo Castellanos”, dice textualmente la nota.
“En ese ámbito de continua prosperidad comarcal Emilio Grande ejerció el periodismo, primero como corrector de pruebas, más tarde como jefe de Deportes y, por fin, como director de La Opinión. La bonhomía de su temperamento, su humildad y equilibrio emocional estaban en el extremo de un oficio en el que se registran todos los matices, incluso los del polo opuesto al de este rafaelino que integró por muchos años el Consejo Ejecutivo de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) y presidió la Cooperativa de Provisión de la Prensa Argentina” culmina.