Ojos en Alerta continúa llegando a más celulares de vecinos y vecinas de nuestra ciudad para funcionar como una herramienta fácil, simple y rápida que contribuye al trabajo de la prevención en seguridad.
De esta forma, la comunidad se transforma en un actor para el abordaje de las diferentes situaciones en el territorio, colaborando con las fuerzas de seguridad que las 24 horas se encuentran patrullando las calles y controlando el funcionamiento de las cámaras 239 cámaras distribuidas en 140 puntos, más las 100 de los minibuses, las cámaras lectoras de patentes y el dron.
Esta semana, los participantes de los talleres de memoria que se brindan en las vecinales de los barrios Sarmiento, Ilolay, Malvinas Argentinas y del Centro Empleados de Comercio asistieron a la capacitación que se llevó a cabo en la última sede.
Laura Barbero, quien se encuentra a cargo de los cuatro espacios, comentó que esta iniciativa surgió a partir “de un encuentro que tuvimos con las coordinadoras de los talleres barriales que organiza la Municipalidad. Yo sabía del programa pero nunca lo había aplicado con los grupos con los que trabajo”.
Después de haber participado de esta experiencia evaluó: “Me pareció sumamente interesante, importante, útil y necesario para que cualquier vecino pueda tener este recurso ante cualquier emergencia o desde la prevención misma”.
También contó que “algunos ya lo habían hecho, otros no. Los capacitadores de Ojos en Alerta fueron al lugar y eso fue muy bueno porque a los adultos mayores a veces se les dificulta movilizarse”.
“Todos quedaron muy contentos con la capacitación y les resultó muy clara. Es una herramienta gratuita y fácil de aplicar que debemos tener, más en estos tiempos. Además está bueno saber cómo se maneja el tema de la seguridad en Rafaela, dónde están ubicadas las cámaras, para qué sirven y los recursos informáticos con los que cuenta el municipio”, agregó.
Por otro lado, destacó la explicación de los capacitadores, que fueron “muy claros y didácticos a la hora de brindar la formación. Agradezco su disponibilidad, amabilidad y atención con la que fueron tratadas las personas. No todos los adultos mayores tienen los mismos conocimientos y rapidez para usar el WhatsApp”.
Finalmente, dijo que “nos invitaron al Centro de Monitoreo. Con dos de las vecinales estamos realizando las visitas. El ir hasta allá y conocer cómo funciona, quiénes trabajan y cómo se activan distintos organismos ante un solo mensaje que reciben, es interesante”.