Tras 20 días de agonía, falleció Lorena Leiva, quien había sido quemada por su hijo, en la localidad de Bella Italia (a 11 km de Rafaela), el pasado 11 de marzo pasado.
Había ingresado inicialmente al Hospital "Dr. Jaime Ferré", pero ante la gravedad de las quemaduras, que llegaban hasta el 80 por ciento del cuerpo, se decidió su traslado al Cullen, en Santa Fe.
La Fiscal Ángela Capitanio imputó a Miguel Angel José Beresvilj por "Homicidio agravado por el vínculo mediante violencia de género, en grado de tentativa, con daños". El juez Osvaldo Carlos decidió darle prisión preventiva sin plazo. Ahora, con seguridad, se le sacará la tentativa a la carátula.
Según Capitanio, a las 0.30 del 11 de marzo, el joven de 23 años llegó a Córdoba al 112, en Bella Italia. Allí convivía con la madre, Romina Leiva, de 39 años. Estacionado fuera de la vivienda, había un Renault Clío. El dueño era la pareja de su madre, Roberto M. Enfurecido, decidió comenzar a tirarle combustible al vehículo.
Fue en ese momento en que su madre sale de la casa e intenta que desista de su actitud. Pero, lejos de lograrlo, su hijo la rocía de combustible y le tira un fósforo. Para la fiscal, las quemaduras en el cuerpo de Romina no fueron consecuencia de quemar el auto, sino que hubo intencionalidad de prenderla fuego.
Después, Miguel Angel huyó del lugar. Unas doce horas después, fue detenido en la localidad de Frontera.
"En ningún momento quise provocarle daño a mi madre. Sólo ella y yo conocemos lo que vivimos, jamás tuve intención de lastimarla", dijo el acusado en la audiencia de medidas cautelares.
Los peritos de bomberos desmienten esto, es porque hubo dos focos de fuego: el auto (el que Miguel reconoció que quería quemar) y la madre. Para Estrella Moreno, Defensora Regional, las pruebas no son concluyentes.