El experimentado piloto René Zanatta, de 62 años, batió en la mañana de este martes el récord de velocidad en el Autódromo "Ciudad de Rafaela", con una Kawasaki Ninja H2 SX 1000 h2, impulsada por un motor de 4 cilindros y con una potencia de 231CV. Voló en la recta a 309,540 km/h. t
La prueba se realizó en la recta del "Templo de la velocidad", bajo la supervisión de la Confederación Argentina de Motociclismo Deportivo (CAMD) y de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM). Para ambas entidades, es el mejor registro sudamericano fiscalizado por ellas. Vale destacar que para la prueba se utilizaron neumáticos Dunlop y la cobertura médica estuvo a cargo de la Asociación Argentina de Volantes (AAV).
Hasta ahora, el récord lo poseía el juninense Gabriel Ponce de León. Había viajado a 307 km/h, con un Honda New Civic, corriendo en el Súper TC2000. Vale destacar que el récord absoluto lo ostenta el estadounidense Lloyd Ruby (312 km/h), en oportunidad de las históricas "300 Indy", disputadas el 28 de febrero de 1971.
Entrerriano de origen, rafaelino por adopción, el múltiple campeón de motociclismo (Superbikes, 250 Nacional y 250 Internacional) también tuvo un importante paso por el automovilismo (Fórmula Renault, Fórmula Entrecor, Fórmula 2 Nacional, Turismo Carretera, TC2000, Top Race y Club Argentino de Pilotos). Consiguió dos campeonatos en Clase 2 del Turismo Nacional. Incluso, incursionó en el rally y en motonáutica.
El periodista especializado en automovilismo, Víctor Hugo Fux, comentó a Somos Rafaela que "hace mucho que viene persiguiendo este sueño. Me está hablando de esto hace 5 o 6 años. Más allá de estar identificado con el automovilismo, René esta identificado con las dos ruedas desde la cuna".
Zanatta, a los 62 años, demostró que sigue estando a la altura de un circuito que fue testigo de grandes epopeyas deportivas. "El récord de velocidad lo debía tener un rafaelino", dijo a Somos Rafaela. "Significa personalmente una cosa muy linda. Toda mi vida estuve acá adentro y sé que se puede hacerlo", agregó. "La moto se planta a los 310. El chico de la FIM me dijo que sea inteligente: que busque primero romper uno y que después trabajara con la moto, para poder romper el otro. Me dijo que me iba a ayudar a trabajar en el vehículo". Está claro: esto no terminó acá. Recién empieza.
