Una familia de venezolanos salieron de Perú -donde vivían desde 2017- hacia Paraguay, el pasado 5 de noviembre. Debían llegar para que Euclides, el padre, comenzara a trabajar en una clínica de hemodiálisis a partir del 15. Pero todavía no pudieron llegar hasta el vecino país.
Euclides Díaz es Licenciado en Hemodiálisis, tiene 39 años. Marvis Salazar es Licenciada en Enfermería, 42. Tienen tres varones de 19 (Bryan), 14 (Eduardo) y 7 (Yosef) años. Se fueron de Venezuela hasta en Perú en febrero de 2017. "Con tres sueldos de profesional, con bonos nocturnos, no podíamos comer bien cuatro días seguidos. Vendí mi carro para poder salir", describió.
"Queremos llegar a Posadas para poder hablar con la señora que le ofreció trabajo a mi marido, para ver si nos puede adelantar algo de dinero y costearnos el viaje hasta llegar a Paraguay", completó.
"Me ofrecieron un buen sueldo y una casa alquilada. Un primo mío conoce a la señora, que tiene clínicas de hemodiálisis. En Perú, estábamos todos trabajando: mi hijo mayor, mi señora y yo. Apenas nos alcanzaba para la comida, el pasaje, el hospedaje y el estudio de los niños. Trabajábamos dos años, doce horas, para estar así. El ofrecimiento que recibí implicaba que todos pudiéramos vivir bien sólo con mi sueldo", contó.
"Inicialmente, íbamos a salir desde Santa Cruz de la Sierra, y no íbamos a tener tanto gasto. Pero tuvimos que buscar otra ruta de salidas. No sabíamos que Bolivia tenía este problema político. Todas las vías estaban trancadas. Hay bloqueos cada 300 o 400 metros. A la carretera, le hicieron perforaciones de 2 metros de profundidad, para que no pasen los vehículos. La gente hace vigilia todo el tiempo, de día y de noche. Logramos pasar a pie. Por eso las quemaduras que tenemos en la piel", señalaron.
"Partimos de La Paz el 5 de noviembre. Salimos del alto. Bajamos hasta Cejas. Caminamos 60 kilómetros hasta Calamarca. Allí nos dieron abrigo. Nos dieron un 'aventón' (hicieron dedo) hasta Patacamaya y llegamos a Oruro. A partir de allí no había tanto bloqueo", dijo Marvis. Los bloqueos los hacen quienes protestan por la situación actual del país. En la actualidad, en Bolivia, no hay transporte.
"Pudimos llegar a tomar un bus, hasta Villazón, que es frontera con Argentina. Desde ahí, nos quedamos sin dinero", dijo ella. También se quedaron sin ropa: todas las valijas quedaron atrapadas en esa terminal, porque al momento de salir el colectivo, estaban encerradas y no pudieron sacarlas. "Compramos el pasaje y decretaron que se cerrara todo. Le dije a mi marido que nos vayamos sin nada. ¿Quién nos iba a ayudar en Bolivia, con toda la crisis que están pasando?", contó.
Estuvieron once días varados. Permanentemente le decían que el colectivo salía en determinada hora, en cierto día. Pero siempre se postergaba. "Eso nos llevó a gastarnos todo el dinero", se sinceró Euclides."Tuvimos que pagar hospedaje y comida. Nos alcanzó para 8 días", completó. "La señora de la Terminal nos hospedó tres días en su casa", dijo. Ese fue el último día en que se pudieron bañar.
"Cuando llegamos a La Quiaca, el señor de la terminal nos dijo que nos viniéramos para Rafaela, porque desde aquí salían buses hasta Posadas. Pero cuando llegamos, nos dijeron que no, que salían desde Santa Fe. Y que el dinero que nos dijeron que salían los colectivos, en realidad, es lo que cuesta el pasaje hasta Santa Fe", agregó.
Finalmente, personal del área de Desarrollo Social de la Municipalidad se había acercado a la familia que se encontraba en la zona oeste de la plaza 25 de Mayo.