El crimen de Fernando “Lechuga” Pérez Algaba aún mantiene un manto de incertidumbre sobre el móvil que llevó al brutal asesinato del empresario de 40 años. El estremecedor caso continúa con algunos interrogantes que no se han esclarecido y poco a poco empiezan a conocerse.
Los restos del empresario fueron encontrados dentro de una valija en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, en el sur del Conurbano, por dos jóvenes que estaban jugando a la pelota cerca de un arroyo.
Ni bien llegaron los efectivos, lograron identificar que se encontraban dos brazos y dos piernas que pertenecían a la misma persona.
Gracias a las huellas que la Policía Científica logró recolectar del cuerpo desmembrado y los tatuajes en sus brazos, se identificó a Pérez Algaba.
Los investigadores accedieron a una conversación por Instagram entre el hijo de un reconocido barrabrava de Boca Juniors y el empresario de 40 años en los que se amenazan y se citan a pelear.
El trasfondo de la discusión entre ambos tiene que ver con que el hijo del hincha xeneize le habría vendido un auto de alta gama y el empresario nunca le terminó de pagar. Cuando el hombre empezó a amenazarlo para que le pague, el empresario respondió que no iba a hacerlo.
La respuesta negativa llega, según argumentó Pérez Algaba, porque el hombre que lo amenazó le habría vendido un fondo de comercio de una carnicería y tampoco le terminó de pagar. “Y tu amigo me debe dinero”, fue uno de los mensajes que mandó la víctima del crimen.
El tremendo audio que envió el empresario antes del crimen
Antes de ser brutalmente asesinado, “Lechuga”, como se hacía llamar la víctima, le mandó unos fuertes audios a una persona identificada como “Nahuel” por una supuesta deuda que mantenía con el broker. Además, le mandó una fuerte advertencia con que no iba a poder estar protegido por Gustavo Iglesias, el barra de Boca que tenía un vínculo con el empresario.
“¿Qué hacés, Nahuelito? Divertite, ¿eh? Divertite mucho. Divertite mucho que cuando vuelva te vas a tener que ir a vivir al country de Gustavo Iglesias. Con él, ahí. Los dos. Porque a vos te voy a ir a buscar por cielo y tierra. Andá a hacer la denuncia que quieras. Que atrás tuyo voy yo. Con todos los mensajes que tengo acá archivados en el teléfono de cuando fuiste a comprarle falopa al caco, que te ibas a poner a vender merca, que ibas a chorearle al transa, todo. Todo eso lo tengo todo guardado. Y mil cosas más tengo de vos. Te voy a arruinar la vida, pedazo de loro”, dice el audio de Pérez Algaba.
El mensaje está dirigido contra una persona que hasta el momento no apareció en la causa, aunque sería amigo del hijo de Iglesias, quien sí fue mencionado por el empresario de 40 años y que ya se puso a disposición de la Justicia.
“Te haces el vivo porque no estoy allá, me traicionaste, traidor. Me vas a pagar cada peso que me debés, hijo de remil puta. Uno por uno. Salta, Bahía Blanca. Andá adonde quieras. A lo de tu papá, a lo de tu hermano, adonde vos quieras. Te voy a ir a buscar. Si fui a buscar a un pibe a México, a vos te voy a ir a buscar hasta abajo de la tierra, pedazo de gil. No vas a tener a Gustavito todo el día atrás, ¿sabés? Mandale el audio a quien se te cante las pelotas, la concha de tu madre”, lanzó el broker.
Quién era Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, el empresario descuartizado
El empresario de 40 años venía de vivir en Miami y en España, pero a comienzos de este año regresó al país por motivos que aún se desconocen. Su excéntrica vida la compartía con los más de 900 mil seguidores que tenía en sus redes sociales.
Pérez Algaba contó en una entrevista con Ámbito Financiero contó: “Comencé a trabajar a los 14 años, me inicié con una bicicleta y una caja y empecé a vender sanguches en las remiseras, dos años después de eso fui repartidor de pizzas con una motito, luego trabajé en los comercios de la zona del barrio donde vivía”.
“A los 17 años me emancipé y me fui a Bariloche a vender viajes de egresados para los colegios ya que en ese momento me consideraron buen vendedor. Fui a Bariloche prácticamente sin conocer la ciudad y me quedé unos años. Volví con plata y compré una moto, una CBR 200 en ese momento para revenderla. Hice esto un par de veces y ahí me inicié en el negocio de la compra-venta de automóviles”, agregó.
En su perfil solía mostrarse con todos sus lujos como autos de alta gama de marcas como Bentley, Lamborghini o Merecedes Benz. Además, aparentaba un gusto por las motos de agua.
Sin embargo, su nombre saltó a la fama en el verano de 2022 después de que atacara a un agente de tránsito en Mar del Plata cuando se negó a un control de alcoholemia en la zona de Playa Grande.
Según fuentes policiales, el conductor que circulaba en un vehículo de alta gama Mercedes Benz se resistió a la prueba de alcohol en sangre que se llevaba a cabo en la Costa y el paseo Victoria Ocampo.
Luego de cierta insistencia de los agentes de tránsito para que acepte realizarse la prueba correspondiente, el agresor descendió de su auto y golpeó al efectivo policial, quien sufrió una contusión en el pómulo derecho y fue asistido por sus compañeros.
La lujosa vida que llevaba el empresario descuartizado
En sus redes sociales mostraba una vida lujosa rodeado de sus autos de alta gama, motos de agua, yates, cuatriciclos y motos acuáticas.
Su pasión por los Audis y los BMW era notable. La mayoría de sus posteos en Instagram lo muestran manejando un modelo distinto de alguna de estas dos marcas.
Además, tenía cuatro perros de raza pug que eran su principal compañía. “Jamás me sentiré solo, por que su tierna mirada y el movimiento de su cola me dicen: eres la razón de mi vida”, escribió en una de las publicaciones.
Según contaba en sus redes sociales, tenía varias viviendas. Una casa en medio del bosque en Cariló, para pasar los fines de semana y un lujoso departamento vidriado en Puerto Madero.
Fernando “Lechuga” Pérez Algaba vivía de viaje. A su estadía en Miami se sumaron escapadas a Europa y toda la costa de Argentina.