La Justicia de Faltas de Posadas ordenó el cierre temporal de la reconocida panadería y confitería Maná, ubicada en la avenida Uruguay casi Mitre de la capital misionera.
La medida, impulsada por una denuncia de un consumidor respecto a productos en mal estado, desencadenó una minuciosa inspección de la Dirección General de Control Alimentario y Fiscalización Urbana.
Según trascendió, la clausura no se basó exclusivamente en la evidencia proporcionada por el cliente afectado, sino que fue el punto de partida para una investigación. La Dirección General de Control Alimentario y Fiscalización Urbana, dirigida por la ingeniera Ana Paredes, llevó a cabo una inspección que reveló múltiples infracciones a las normas de “higiene y seguridad en la elaboración, conservación y venta de productos”.
Las deficiencias, especialmente notables en las fechas de producción y vencimiento en el área de pastelería, fueron determinantes en la decisión de clausura.
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El procedimiento se convirtió en un desenlace inevitable tras la detección de estas irregularidades durante la inspección realizada por las autoridades competentes.