Una encuesta realizada en el marco de los 40 años de democracia y difundida en la previa de las elecciones de este domingo reveló un dato que enciende luces de alarma: a la mitad de los argentinos no le importaría que un gobierno no democrático llegue al poder si resuelve sus problemas.
Así surge de un sondeo sobre “cultura constitucional” realizado por la consultora Poliarquía, que dirige el analista político Eduardo Fidanza, con respaldo de la Universidad Austral e IDEA Internacional. El estudio se realizó entre fines de septiembre y principios de octubre sobre 1.000 personas residentes en grandes centros urbanos, a través de encuestas telefónicas.
Se trata de la tercera edición de la encuesta, que ya se realizó en 2004 y 2014, y en esta ocasión se adelantó un año por dos aniversarios relevantes: los 170 años de la sanción de la Constitución Nacional de 1853 y los 40 años de la recuperación democrática. Pero además, la difusión de los resultados tomó un cariz especial por la definición electoral del domingo.
La presentación se realizó en la sede el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y estuvo a cargo de Antonio María Hernández, profesor de Derecho Constitucional, exdiputado nacional por Córdoba y exconvencional constituyente; Daniel Zovatto, director regional de IDEA Internacional; Manuel García Mansilla, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral; y el consultor Fidanza.
Deterioro de la representación política, malestar con las instituciones, descreimiento en la Constitución Nacional, cierta disposición a transgredir la ley y afinidad con el discurso de “mano dura” son algunos de los conceptos plasmados en los resultados.
“Argentina sigue siendo una sociedad anómica, un país al margen de la ley. Si hay algo que se observa en la encuesta es una caída profunda de nuestra cultura política, de nuestra cultura constitucional, de nuestra cultura jurídica. El resultado no puede ser otro. Argentina no está en crisis, sino en decadencia”, sentenció Hernández.
El abogado y académico opinó que, ante este panorama, “se debe gobernar con la Constitución en la mano” y que “urgentemente hay que volver a la educación cívica y democrática”.
Luces amarillas
Un 73% de los encuestados considera que “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, mientras que un 23% cree que “en algunas circunstancias, un gobierno no democrático puede ser mejor”. Pero el problema se presenta cuando las preguntas pasan de lo abstracto a lo concreto.
“La luz amarilla más peligrosa y más preocupante es que el 50% de los argentinos dice que no le importaría que llegue al gobierno un régimen no democrático, siempre y cuando dé resultados”, advirtió Zovatto.
El experto observó que “hay una alarma importante de un sector considerable de la ciudadanía dispuesto a sacrificar partes de su democracia y de su libertad” a cambio de esos resultados, vinculados a la salud, la educación, el trabajo o la seguridad, entre otros aspectos.
Al mismo tiempo, un 72% dice estar “poco” o “nada” satisfecho con el funcionamiento de la democracia en Argentina.
“Si la ciudadanía no encuentra los resultados que busca en la democracia, lo que vemos no solamente en Argentina sino también en otros países dentro y fuera de la región es que comienza a buscar esos resultados en opciones autoritarias”, sentenció Zovatto.
Otro dato que despertó preocupación es que el 37% de los argentinos “está dispuesto a ir en contra de lo establecido por la ley” si cree que tiene razón. “En la encuesta anterior esto coincidió con la película Relatos Salvajes. Todavía no salimos de ese estado”, recordó Fidanza, a cargo del sondeo.
Entre las instituciones con mayores niveles de confianza figuran las universidades públicas (en primer lugar) seguidas por las Fuerzas Armadas y las fuerzas de seguridad. Los empresarios, los partidos políticos y los sindicatos aparecen al final de la lista.
“Esas son las tres instituciones que están en el sótano de las preferencias ciudadanas y no en vano el tema de la casta ha calado con tanto efecto en este discurso”, interpretó Zovatto en relación al concepto que acuña el candidato presidencial de La Libertad Avanza Javier Milei.
La mirada negativa también recae sobre el Congreso: el 87% dice que no toma decisiones “pensando en la gente”; casi dos de cada tres sienten desinterés por los temas que se discuten; y un tercio cree que se podrían desobedecer las leyes sancionadas en el Parlamento (esta cifra aumentó del 20% al 33% respecto de la encuesta de 2014).
Sobre del Poder Judicial, el 72% cree que los jueces no son independientes para tomar sus decisiones (esta percepción creció 12 puntos); y un 65% considera que los jueces de la Corte Suprema de Justicia no son “independientes” (en este caso, el aumento fue de 14 puntos).
Por otra parte, se observa en distintas respuestas cómo caló el discurso de “mano dura”: un 45% de los encuestados está “de acuerdo” o “muy de acuerdo” en que una persona presa por homicidio reciba la pena de muerte. Esto se acentúa en los jóvenes: un 65% de las personas de entre 18 y 29 años opina que es mejor para una sociedad “dejar libre a un culpable” que “encarcelar a un inocente”.
Otra parte de la encuesta muestra que el nivel de personas que creen que la Constitución Nacional es importante bajó del 91% en 2014 al 83% este año. En ese mismo período, quienes creen que la Carta Magna no se cumple pasaron del 69% al 78%. Y más de la mitad atribuye esta violación al mal funcionamiento del Poder Judicial. Además, aumentó 10 puntos la cantidad de argentinos que cree que en el país no hay igualdad ante la ley.
“Los argentinos vivimos agobiados por cuestiones del día a día, de la coyuntura, mucho más ahora en el contexto de una elección presidencial y rara vez nos ocupamos de pensar y reflexionar sobre las causas raíces de los problemas que nos aquejan. Esta encuesta ayuda a ver qué es lo que está debajo de esos problemas que nos agobian”, destacó García Mansilla.