El juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, uno de los juristas de América Latina más especializados en temas ambientales, asegura que los incendios forestales y otros problemas graves que aquejan a la sociedad como la inflación y la inseguridad se resolverán en tanto el país reforme sus instituciones y sobreponga el debate social a la grieta política y la polarización.
En diálogo exclusivo con este medio, el magistrado analizó la crítica situación que viven hoy cientos de miles de argentinos por el humo que producen los incendios forestales y los daños irreparables que estos generan en la biodiversidad, además del impacto económico.
Fuentes del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) indicaron a este medio que este año ya sufrieron incendios forestales de gran escala 15 provincias, con miles de hectáreas consumidas por el fuego y daños materiales. Y Salta, San Luis, Jujuy, Córdoba, La Rioja, Entre Ríos, Santa Fe, Chaco y San Juan siguen con focos actualmente.
En China, los desastres naturales dejaron solo en agosto 41,8 millones de damnificados y un total de 94 fallecidos o desaparecidos. La ONU está repartiendo esta semana fondos para contrarrestar las dificultades sin precedentes en conflictos, sequías, inundaciones y otras emergencias humanitarias en Yemen, Sudán del Sur, Birmania, Nigeria, Bangladesh, Uganda, Malí, Camerún, Mozambique, Argelia y Venezuela.
En ese contexto, este medio dialogó con Lorenzetti, un experto en derecho ambiental, citado a congresos internacionales por el tema. El magistrado hizo hincapié en que el cuidado del ambiente y las prácticas sostenibles en la actividad económica y social son una responsabilidad transversal, que compete a toda la sociedad, pero principalmente a los adultos con responsabilidades.
El juez considera que, en muchos casos, no se trata sólo de falta de conciencia sino de un diseño institucional inapropiado. “En este, como en la mayoría de los problemas serios que tiene nuestro país, no se encuentran las soluciones, sino que se trasladan”, opinó. Y agregó que la problemática ambiental, por su dimensión y trascendencia para las generaciones venideras, necesita de una acción colectiva, transversal, que se sobreponga a las diferencias políticas, partidarias y hasta geográficas.
“No se pueden generar soluciones dividiendo el problema en partes de acuerdo a la jurisdicción o la tarea que cada uno de nosotros tenemos, o peor aún, dividiéndolo según el lugar que cada uno ocupa en la polarización que se vive”, comentó quien fue presidente del Máximo Tribunal entre enero de 2007 y septiembre de 2018. Es abogado y doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad Nacional del Litoral. Tuvo reconocimientos en México y Brasil, donde disertó varias veces, por sus aportes al desarrollo del derecho ambiental.
En 2021 publicó el libro “El nuevo enemigo. El colapso ambiental” (Sudamericana), en el que desarrolla los signos de la crisis climática, y sus consecuentes posibles derivaciones sobre lo social y lo político. En esta obra, hace referencia a los desequilibrios en la naturaleza y su repercusión en las personas, las nuevas enfermedades, los alimentos, los incendios masivos, la crisis del agua, el deterioro del paisaje o de la cultura.
En 2018 había publicado el libro “Derecho Ambiental” (Rubinzal-Culzoni) en el que expone sobre el Estado de Derecho Ambiental, el bien jurídico ambiental, la naturaleza como sujeto; y principios de prevención y precaución.
En medio de los incendios forestales que afectan al país, Lorenzetti dice que la solución debe comenzar por el diseño de instituciones, como las agencias que integran la perspectiva local, provincial, nacional, y los distintos enfoques políticos apartados de los incentivos electorales, y enfocados en el mediano y largo plazo.
“La reforma institucional es la única manera en que podemos superar las peleas cotidianas y avanzar en políticas de estado para solucionar graves problemas”, aseguró el magistrado. Según su visión, en el último siglo hubo una evolución desde el “equilibrio” al “desequilibrio”. Esto es porque hace 50, 60 o 100 años, había equilibrio en la naturaleza, en el sistema económico y en el sistema social y político.
Para Lorenzetti, el mundo está llegando a un nivel “muy dramático” de desequilibrio, “porque cuando la naturaleza corrige genera grandes daños”. Por eso, opinó, se dice la pandemia es “una corrección sistémica, dado que es una crisis dentro del sistema que produce enfermedad”.
“En Europa vemos que hay regulaciones sobre el uso del agua y se les dice a los ciudadanos que sólo se pueden bañar usando tanta cantidad de agua. No es algo abstracto”, comentó el jurista y advirtió que esta situación ambiental provoca “consecuencias muy concretas” en el mundo económico y social. Señaló que en Argentina y el resto del mundo se está generando una “homogeneidad cultural” ligada al consumismo que es “cada vez más peligrosa”.
Según el juez, el mundo vive una era en la que el avance vertiginoso de la tecnología y su consumo lleva a los seres humanos a confirmar lo que ya piensan, alejándolos del espíritu crítico. “Antes la gente se encontraba, discutía, e intercambiaba opiniones mediante un roce que producía espíritu crítico. Hoy no sucede eso. La homogeneidad lleva a la polarización. Un sistema tecnológico con inteligencia artificial puede producir exactamente lo que nosotros queremos. Y entonces la información que recibimos solo confirma lo que ya pensamos”, dijo.
Esta situación hace que cada vez menos jóvenes, según la visión del juez, se entusiasmen demasiado concurriendo a un partido político a discutir cargos para ocupar el poder, porque nadie está muy convencido de que nos encaminemos hacia un futuro promisorio, sea el capitalismo desarrollado o el socialismo.
“El actual es un sistema en el cual la gobernabilidad no puede prometer un futuro mejor y que alguien lo crea. Por eso la política deja de ser un proceso de cambio para ser un sistema de ocupación de espacios de poder que se agota brevemente”, comentó Lorenzetti.
Lorenzetti aclaró que no se trata de frenar el desarrollo, sino que “la inteligencia de la gobernabilidad pasa por cambiar la dimensión económica e incentivar nuevas oportunidades”. Por eso, es importante alcanzar el mejor auto con energías renovables, hacer más eficientes los aviones, cuidar los alimentos, impulsar el turismo sustentable y muchísimas otras áreas.
Para Lorenzetti, la gobernabilidad del siglo 21 está basada básicamente en un relato, en “una narrativa que es del pasado y mira al pasado”, y eso “es lo que hay que cambiar”. “Y no digo solo la Argentina porque este es un problema global. Y esto ya está agotado. Las poblaciones del mundo actual no están entusiasmadas por lo que se dice en el discurso público. Lo que se ve son discusiones, peleas, trabas. Pero no se ven esperanzas, no se ven desarrollos”, afirmó.
Por eso, dijo el juez, la agenda de los problemas de la Argentina ha sido invariable. “Hoy nos ocupa lo mismo que hace 50 años: la inflación, la inseguridad, la falta de políticas públicas, la polarización. Nosotros no podemos evitar los conflictos. Los conflictos son naturales en la vida social y política y económica. Pero todo tiene que ocurrir dentro de un sistema”.
Para Lorenzetti, los argentinos y los ciudadanos del mundo deben dar cuenta que la decadencia es un problema común. “Si no nos damos cuenta de eso, que hay algo, un enemigo nuevo pero común a todos, superior a la polarización cotidiana, es que no estamos cumpliendo con nuestro rol en la sociedad”, dijo.
Por eso, hay que “estar dispuestos a reaccionar y generar un movimiento basado en una esperanza. Y hoy uno de los temas del ambientalismo es el derecho a la esperanza. No podemos discutir siempre lo mismo. Esto ya lo resolvió la Constitución. División de poderes, poder judicial independiente. Cosas básicas que en la Argentina nunca están claras. Entonces, pongamos en orden de buena manera este país en el cual estamos todos involucrados”.