Amado u odiado. Revelación o amenaza. Ídolo de masas o cascarón vacío. Para Javier Gerardo Milei, el candidato que sacudió el tablero en las PASO de este domingo, no hay medias tintas. El economista que propone un “plan motosierra” en el Estado, sube al escenario con música de La Renga y llama a “terminar con la casta” trepó al 30% de los votos y se transformó en el fenómeno político más indescifrable de los últimos años.
Milei nació el 22 de octubre de 1970 en el barrio porteño de Palermo. Tiene 52 años y es economista graduado en la Universidad de Belgrano, con una maestría en la Universidad Torcuato Di Tella. Hijo de un colectivero y una ama de casa, es también docente y asegura vivir de los libros que publica y las conferencias que brinda.
Tras escalar en los medios de comunicación, dio su salto a la política hace apenas dos años, cuando se presentó en las elecciones legislativas de 2021 y obtuvo el 17% de los votos en la Ciudad de Buenos Aires, lo que permitió desembarcar en el Congreso junto a quien ahora es su compañera de fórmula y una de las integrantes de su reducido círculo íntimo, Victoria Villarruel.
Ese entorno tiene como protagonista a su hermana menor, Karina. Milei la llama “el Jefe” y hasta bromeó que sería su “primera dama”. Karina es la sombra de Milei y el nexo entre él y el resto. También está detrás de todos los detalles de la estética “rockera” del libertario y aseguran que fue la autora de la idea de sortear el sueldo de diputado todos los meses.
El economista Alberto “Bertie” Benegas Lynch, el asesor en política digital Fernando Cerimedo, el cineasta Santiago Oría (quien filmó su biografía autorizada) y la “influencer” Lilia Lemoine son otros de los pocos nombres de confianza de Milei.
El armado político del libertario en el interior del país fue accidentado: le soltó la mano a precandidatos de distintas provincias y varios lo “plantaron” con distintas denuncias, que incluyeron la venta de candidaturas. Nada de eso pareció hacer mella en el “León”: su figura traccionó por encima de todos los aparatos.
Fue el precandidato presidencial más votado en Córdoba, Chubut, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, San Luis, Salta (donde llegó casi al 50%), San Juan, Santa Cruz, Santa Fe, Tucumán y Tierra del Fuego; y quedó segundo en Catamarca, Chaco, Formosa y Santiago del Estero.
El “Tour de la Libertad” lo llevó por todo el país, donde hizo recorridas rodeado de simpatizantes. Hizo “visitas sorpresa” a shoppings y cerró su campaña ante unas 15.000 personas con un show de luces y sonido en el estadio Movistar Arena. Allí sonó “Se viene (el estallido)”, de Bersuit Vergarabat, un “hit” crítico del Gobierno menemista, que Milei paradójicamente reivindica.
El candidato también se apropió de “Panic show” de La Renga, banda que se quejó del uso político de la canción. “Hola a todos, yo soy el león”, ruge la voz de “Chizzo” Nápoli para euforia de los fanáticos que, celulares en alto, corean junto al candidato el “leitmotiv” de la campaña: “¡Viva la libertad, carajo!”.
A diferencia de otros dirigentes que suelen utilizar el Congreso como trampolín de campaña, Milei tuvo un rol muy cuestionado como diputado nacional. En los dos años que cumplirá de mandato, no presentó ningún proyecto de ley propio, faltó a votaciones importantes, no integró ninguna comisión ni tampoco participó de ninguna negociación con “la casta”.
Votó en contra de la gran mayoría de las leyes, varias de ellas sensibles, como un programa para atender las cardiopatías congénitas en bebés, el día de duelo por el atentado a la AMIA y la eliminación del trámite de “fe de vida” para jubilados. En los dos últimos casos fue repudiado y tuvo que retractarse.
“Plan Motosierra” y propuestas polémicas
Desde su búnker en el Hotel Libertador, Milei dejó un mensaje enigmático y habló del “540″. “Alguna vez lo voy a explicar”, deslizó y guiñó un ojo a sus seguidores. Lo que quiso decir, a grandes rasgos, es que si llega a la Casa Rosada aplicará primero un giro de 360 grados y luego otro de 180, para “dar vuelta la casta”.
El gran interrogante es cómo haría Milei para llevar adelante sus reformas si se convierte en presidente, ya que la mayoría necesitarán leyes del Congreso. Y si bien el libertario podría contar con 40 diputados y ocho senadores si repite el éxito de las PASO, está muy lejos del quórum propio y no serán sencillos los acuerdos con otras fuerzas políticas.
Bajo un título que no admite interpretaciones, Milei ideó un programa que incluye, entre otras cosas, reducir los actuales 18 ministerios a solo ocho: Economía, Justicia, Interior, Seguridad, Defensa, Relaciones Exteriores, Infraestructura y otro denominado “Capital Humano” que unificaría Trabajo, Salud, Educación y Desarrollo Social.
También propone eliminar numerosas dependencias públicas “que se crearon para colocar amigos”, echar a todos los empleados de planta política que hayan sido nombrados este año y privatizar empresas como YPF, AySA, Aerolíneas Argentinas, la TV Pública, la agencia de noticias Télam, el Inadi y el INCAA, así como eliminar la obra pública estatal.
Asimismo quiere aplicar una reducción del gasto público equivalente al 15% del PBI, suprimir el 90% de los impuestos actuales, avanzar con una reforma laboral para implementar un “seguro de desempleo” y promover una apertura comercial “a la chilena”, en ese orden.
Sus ideas más radicales, que acapararon toda su campaña, son eliminar el Banco Central para dejar de emitir y “terminar con la inflación para siempre” y dolarizar la economía. También habla de unificar el tipo de cambio, eliminar el cepo, los subsidios económicos y todas las retenciones agropecuarias.
Además, impulsa la libre tenencia de armas, que los servicios de salud y educación sean pagos “en el largo plazo” y erradicar la Educación Sexual Integral (ESI). También se manifestó a favor de un mercado de órganos, pero esa idea, que también causó mucho revuelo, no figura en la plataforma que presentó ante la Cámara Nacional Electoral.
Finalmente, sobre los planes sociales, promete en principio no recortarlos, sino darles continuidad “como herramienta de ayuda para quienes lo necesitan, a fin de asesorarlos y encaminarlos en la obtención exitosa de empleos privados acorde a sus capacidades y formación”.